PASIÓN EN CÓRDOBA
Álvarez Duarte en Córdoba, el único escultor que vio la coronación canónica de una imagen propia
El fallecido imaginero dejó cinco Dolorosas para la Semana Santa y al Cristo de la Providencia
Con cuatro meses de distancia han muerto Fray Ricardo de Córdoba y Luis Álvarez Duarte , ambos símbolos de la renovación de la Semana Santa de Córdoba en la década de 1970. El escultor sevillano, fallecido este viernes a los 70 años de edad , comenzó a trabajar para la ciudad de la mano del capuchino, y en poco más de una década dejó siete imágenes.
«Siempre digo que tomé la alternativa en Sevilla y en Córdoba y Huelva me confirmé», dijo en una entrevista
La primera fue Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos , a la que ambos tenían mucho cariño: el escultor, porque la consideraba una de sus obras más logradas, y el capuchino, que celebró ante Ella, en San Pablo, su primera misa. Era muy joven y la imagen sorprendió en Córdoba por su idealización y dulzura . No sólo eso: Álvarez Duarte fue, el 31 de octubre de 1993, el único autor que vio coronada canónicamente a una imagen suya, cuando se distinguió a la Virgen por la larga veneración a esta advocación en San Pablo.
«Es una talla que gustó a todos los cofrades . Siempre digo que si solo hubiera hecho la Virgen del Rosario para Córdoba ya hubiera tenido bastante», dijo hace un año, en una entrevista concedida a ABC Córdoba. Pero ya antes, con apenas trece, había hecho una imagen que acabó en Palma del Río , la Virgen de la Concepción, donde ya estaba el hoyuelo en la barbilla que tanto caracterizaba a sus representaciones marianas.
En los siguientes años llegaron más trabajos. Primero, la Virgen de la Soledad , en 1975, una de las más hondas y personales, con un dolor muy profundo que apenas mostraba dos lágrimas. Tras el incendio de la iglesia, él mismo la restauró de forma desinteresada. En 1977 hizo también a Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad, titular del Santo Sepulcro , que abundaba en aquella línea de dolor e introspección, con una policromía pálida y la mirada baja.
Ya en la siguiente década realizó la imagen de María Santísima de la Encarnación en 1981 para la hermandad del Amor, y en ella optó por mucha belleza formal. Poco antes llegó el grupo de la Virgen de los Ángeles en sus Misterios Dolorosos y San Juan para la hermandad del Císter . En casi todos esos encargos estaba presente Fray Ricardo.
En 1987 el sacerdote Antonio Gómez Aguilar le encargó un Crucificado que no sería para la Semana Santa, sino como titular de la que luego sería Obra Pía Santísima Trinidad, y que él había empezado. Así llegó el Santísimo Cristo de la Providencia hasta la Trinidad , y a sus pies descansan los restos del llorado sacerdote desde 1993. Con el tiempo, nació en torno al Cristo una fraternidad parroquial que comenzó con un vía crucis el Viernes de Dolores y que este año 2019 ha salido en paso.
La vinculación de Luis Álvarez Duarte con Córdoba pasó entonces a ser más episódica, pero siempre volvía. En 1993 él fue el autor del cartel de la coronación de la Virgen del Rosario y diseñó la corona que cinceló en oro Francisco Díaz Roncero , y un cuarto de siglo más tarde dibujó una saya para la Virgen. Su vinculación con la cofradía de San Pablo, y con su ex hermano mayor Rafael Zafra , siempre fue muy intensa. Los hermanos de la Expiración incluso aprobaron la presencia de su titular en una exposición de homenaje en Sevilla, pero finalmente la muestra no se realizó.
Para entonces ya había tenido un discípulo cordobés: Miguel Ángel González Jurado , que aprendió en su taller. «Es un maestro con lo que eso conlleva. Aprendí cómo se comportaba ante la obra, cómo la resolvía, cómo la enfocaba, el trato con los clientes. Si ves a un maestro trabajar y eres creativo, todo te va a enriquecer», dijo en una reciente entrevista en que reconoció la fascinación que había ejercido la Virgen del Rosario desde el primer momento. Tras conocer su fallecimiento, este viernes mostró su tristeza con frases que resumían su admiración: «Vivió sintiendo el arte, que no es poco».
Sí trabajó para muchos pueblos. Lucena es, después de la capital, el municipio de Córdoba que tiene más obra suya, con imágenes tan emblemáticas como la Virgen de la Soledad . También tiene Vírgenes en El Carpio y Doña Mencía, y su única imagen de Cristo para Semana Santa en tierras de Córdoba está en Fernán Núñez . Es el Señor de las Penas , de 2002, en cuya cofradía está también su Virgen de las Lágrimas .
En una entrevista realizada para ABC en 2008 tuvo una palabra para describir a a cada una de las Dolorosas de Córdoba ciudad: «Rosario, pasión; Reina de los Ángeles, dulzura; Desconsuelo, dolor; Encarnación, belleza, y Soledad, aflicción». También confesó su amor por la ciudad y por todo lo que le había dado: «Tomé la alternativa en Sevilla y en Córdoba y Huelva me confirmé».
El próximo Viernes Santo , en que salen en Córdoba tres de sus imágenes más admiradas, se le tendrá en la memoria tanto como el día en que se ha confirmado la muerte del imaginero más influyente de las últimas décadas en Andalucía.
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