RELIGIÓN

Aires celestiales desde el Alcázar Viejo de Córdoba

La Virgen del Tránsito procesionó desde San Basilio hasta la Santa Iglesia Catedral acompañada de cientos de fieles

Procesión de la Virgen del Tránsito ayer en Córdoba VALERIO MERINO

R. C. M.

El dogma de la Asunción tiene en Córdoba como protagonista a la Virgen del Tránsito . Una dulce imagen de la Santísima Virgen dormida en el interior de una urna dorada que cada año procesiona desde el castizo barrio del Alcázar Viejo y que ayer congregó a una multitud de fieles en las inmediaciones de la Santa Iglesia Catedral.

A las 20.00 horas, las puertas de la parroquia de Nuestra Señora de la Paz se abrían y el cortejo de hermanos comenzaba a adentrarse por las encaladas calles de San Basilio . Tras éste, los primeros sones de la Banda de Música «Tubamirum», de Cañete de las Torres, acompañando la suave salida del paso de Nuestra Señora del Tránsito . La popularmente conocida como «Virgen de Acá» era recibida con aplausos por sus vecinos bajo un cielo completamente encapotado que, aunque no amenazaba lluvia, sí creó un ambiente de bochorno bastante molesto para los integrantes del cortejo. A las órdenes de Antonio Jurado, capataz de la Virgen , el paso se dirigía con júbilo hacia la Catedral.

Como es habitual, la hermandad del Tránsito estuvo arropada por otras corporaciones de penitencia y gloria de la ciudad, así como de la cofradía de Pasión , con la que comparte sede y con la que está formalmente hermanada. Un acompañamiento que en esta ocasión tenía un reconocimiento especial con motivo del Año de la Misericordia . De esta forma, la corporación ofreció a los miembros del cortejo la posibilidad de recibir un pergamino personalizado recordando su participación en este Año Jubilar para la Iglesia y la obtención de la indulgencia plenaria al acceder al interior de la Catedral junto a la Virgen.

Y como si de sólo un sueño de verano se tratara, Nuestra Señora del Tránsito entraba de nuevo en su barrio de San Basilio , acompañada de numerosos vecinos que respiraban aliviados al ver retornar a su venerada imagen. El olor a nardos volvía a impregnar las blancas paredes del Alcázar Viejo en el epílogo de esta cita ineludible de la devoción religiosa. Un fervor que hunde sus raíces siglos atrás, pero que, a pesar de los años, no ha perdido su esencia popular , representada ayer en la nutrida presencia de fieles durante todo el recorrido y en el triduo organizado por la hermandad del Tránsito en los días previos. Con el cierre de las puertas de la parroquia de Nuestra Señora de la Paz, Córdoba despedía hasta el próximo 15 de agosto a la Virgen de Acá .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación