Coronavirus en Córdoba

Aguilar vuelve a encomendarse al Cristo de la Salud, la imagen que vence a la enfermedad

El venerado Crucificado bendice al pueblo tal como hizo desde la epidemia del siglo XVII

El Cristo de la Salud, en manos del sacerdote, en el momento de la devoción J. P.

Jesús Prieto

Los aguilarenses vivieron ayer una jornada histórica. Como en varias ocasiones a lo largo de los siglos se acogió a la bendición de una de sus advocaciones más queridas. La venerada imagen del Cristo de la Salud fue portada a mano hasta el dintel de la puerta de su parroquia. Desde allí se bendijo con la imagen a todo el pueblo de Aguilar. El párroco, Pablo Lora , recordó que los aguilarenses vuelven siempre su mirada a este pequeño Cristo en épocas de adversidad cómo la de ahora por culpa de la pandemia del coronavirus.

Ni mucho menos es la primera vez que se implora al Señor de la Salud para que libre de males al pueblo de Aguilar . Ya en el siglo XVII se atribuye a la misma imagen un gran milagro. Por aquel tiempo asolaba a toda la comarca una epidemia de peste que acabó con la vida de muchas personas.

Hasta tal punto era el elevado número de muertes que los enfermos se trasladaban, incluso moribundos , desde sus casas hasta el cerro de San Cristóbal dónde se había habilitado un lugar para depositar los cadáveres. Por entonces el Cristo estaba alojado en una p equeña hornacina situada en una casa de la calle San Cristóbal. Era conocido como el Cristo de la Luz.

En el siglo XVII, el aceite que ardía ante la imagen curó a una persona a la que trasladaban para morir

La mujer que habitaba en la casa se percató de que una de las personas que trasladaban para ser enterrada aún respiraba. Entonces le untó en la frente un poco del aceite que prendía la llama de la lamparita que alumbraba a la imagen. Antes de que el enfermo llegara al lugar dónde iba a ser depositado para que acabara de morir mejoró tanto que fue devuelto a su casa y, al cabo de nos días, se recuperó . Al poco tiempo la epidemia había desaparecido.

Desde entonces corrió como la pólvora la fama milagrosa del Cristo. Y, desde entonces, cambió su nombre de Cristo de la Luz por el de Cristo de la Salud. La casa se convirtió en su ermita y, después, se amplió para construir la actual parroquia que cobija a una de las devociones más grandes de los aguilarenses y de buena parte de la comarca. Por eso, ahora, nadie olvida que la protección del Señor de la Salud sigue estando presente. Y durante esta pandemia de coronavirus todas las miradas han vuelto a centrarse en esta milagrosa imagen que sigue cuidando y velando por la ciudad. Este Cristo que siempre devuelve la salud.

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