El patero del Viernes
Trípode
Muchos interpretan que «la hermandad es todo el año» significa llevar el costal en agosto a Cantillana
Antonio Varo: Gritos y pétalos
Antonio Varo: Ellos
Ya estamos en Cuaresma, en la de verdad. Cuando termine este «tiempo fuerte», el zoquete que tenemos en Moncloa no felicitará a los católicos por el fin de este tiempo sagrado, como sí felicita a sus amigos coranófilos, quizá para pagar alguna deuda o callar alguna boca, no vayan a soltar algo que no quiere que se sepa. Da igual, es mejor no recibir parabienes de quien es un despreciable experto en repartir «paramales».
A lo que vamos, que ya estamos en Cuaresma. Lo que quiero comentar hoy es que, como ocurre con la Navidad, los límites iniciales de este tiempo se están alargando en la misma y trivial medida en que escaparates y estanterías exponen turrones y mantecados desde finales de septiembre.
Antes, Doña Cuaresma era una dama que no buscábamos; sabíamos que tenía que venir, pero no salíamos a esperarla: ella sola irrumpía con su pesada capa pluvial de gastado terciopelo morado y su cohorte de silencios, ayunos y penitencias, con sus altares de imágenes tapadas y un eco, esporádico lejano, de «trompetas y tambores que ensayan para los días santos», como reza el verso de García Baena. Ahora vemos bandas uniformadas todo el año, frikis recordando cada semana en las redes sociales eso de −por ejemplo− «un martes menos» y noticias que realmente no lo son ocupando espacio diario en las pantallas de los móviles.
Cuando uno era joven, había una frase programática: «La hermandad es todo el año.» Con ella se pretendía extender por todas las hojas del calendario la condición de cofrade y dejar de limitar esta condición al hecho de vestir una túnica, soplar una corneta o encajarse un costal hasta los ojos. Ahora, con todo desdibujado, muchos interpretan que «la hermandad es todo el año» significa llevar el costal en agosto a Cantillana o hacer sonar 'Mi Amargura' en Fuengirola mientras llega el espeto, pero no se les ocurre ir a la misa semanal o mensual de su hermandad ni una sola vez.
Pues eso, que ya estamos en Cuaresma. Lo importante de este tiempo debería seguir siendo el trípode espiritual de «oración, ayuno y limosna», pero para bastantes el trípode cuaresmal tiene más que ver con fotos que con otra cosa.