Economía
Las pernoctaciones de turismo rural crecen en Córdoba un 26% el último año y suman 79.689
Viajeros y noches de alojamiento suben respecto a 2021 con claridad, pero no llegan al nivel preCovid
La ocupación de las casas rurales de Córdoba roza el lleno en agosto
Córdoba es una de las provincias preferidas en España para hacer turismo rural este verano

Los alojamientos rurales de la provincia de Córdoba están anotándose mejores cifras que en 2021, aunque aún están lejos de regresar a los guarismos de turistas y pernoctaciones anteriores al estallido del Covid. Hasta septiembre (último dato disponible), hicieron noche en este tipo de establecimientos 25.596 visitantes, de acuerdo a los indicadores sobre este segmento turístico que publica el INE.
Esa cifra supera con comodidad a la registrada en los tres primeros trimestres de 2021. Son 3.246 viajeros más, con lo que el aumento fue del 14,5%. Hay que puntualizar que los guarismos del pasado ejercicio se deben ver bajo el prisma de la existencia entonces de restricciones por la pandemia. En ellos, influyeron situaciones como el hecho de que Andalucía no abriera sus fronteras hasta el 9 de mayo de ese año y la prohibición de viajes entre provincias en la comunidad estuvo activa de mediados de enero a finales de abril.
Tampoco benefició a los alojamientos rurales que tuvieran limitaciones de aforo. Como factor favorable de su actividad estuvo que, en ese panorama de movimientos restringidos, se convirtieron en una opción cercana para el descanso. Igualmente jugó a su favor que parte de los viajeros cambiaron sus costumbres por el coronavirus: apostaron por estancias en lugares abiertos y naturales, escapando de aglomeraciones.
Al crecimiento respecto a 2021 de los viajeros que se quedaron en este tipo de alojamientos contribuyeron los visitantes nacionales, que son el grueso, y los extranjeros. En el primer caso, en Córdoba, se contabilizan de enero a septiembre 21.700 turistas. Es un 10% más que un año antes al registrarse casi dos millares más de viajeros españoles.
Mucho mayor fue el crecimiento de los visitantes foráneos que durmieron en los alojamientos rurales. El estirón es del 48,4%. De sumar 2.625 se salta a 3.896, con lo que son 1.271 más.
Las pernoctaciones en estos establecimientos protagonizan en la provincia una subida más fuerte que la de los viajeros. El incremento interanual se fue al 25,8%. Se detectan 16.362 noches de alojamiento más, con lo que la cifra total se sitúa a fecha de septiembre en 79.689. Y en este parámetro de la actividad de estos negocios turísticos, la locomotora del crecimiento vino dirigida por los extranjeros.
Las pernoctaciones nacionales ya superan a las de 2019 (+13,6%) pero las de los extranjeros siguen hundidas (-56%)
Se contabilizan 9.762 noches de alojamiento más de foráneos. Eso se traduce en un vertiginoso aumento del 122,5% que eleva las pernoctaciones de quienes llegaron de fuera de nuestras fronteras hasta las 17.733. Hay que tener en cuenta que la comparación se establece con un 2021 en cuyo primer semestre los extranjeros se volatilizaron. Los visitantes nacionales también pusieron su grano de arena. Sus noches de alojamiento rozan las 62.000, lo que supone un alza de casi el 12%.
Eso sí, pese a que la comparación con 2021 sea más que positiva, hay que tener en cuenta que la provincia en los últimos tres meses ha encadenado descensos interanuales de viajeros —en agosto y septiembre, acusados—. Los indicadores presentes se cruzan con los del pasado verano que ya fue bueno para los alojamientos rurales, con muchos visitantes buscando destinos cercanos y en contacto con la naturaleza por el impacto del Covid. Baste reseñar que la cifra de turistas de julio de 2021 (4.996) superó a la de idéntico periodo de 2019 (4.570), ejercicio previo al estallido de la epidemia.
Cuando los datos positivos se esfuman es en el momento de hacer la comparación con el escenario previo a la irrupción del coronavirus. A este tipo de establecimientos, como les pasa a los hoteles, les resta aún distancia para volver a los guarismos de hace tres ejercicios; sobre todo por el hundimiento de los extranjeros. Eso sí, hay que exponer que los datos de 2019 fueron magníficos, con 48.112 viajeros de este tipo albergados en Córdoba. La cifra era muy similar a la de 2018, cuando fueron 48.652 y se dio un salto enorme, porque en 2017, año igualmente de fuerte aumento, fueron 36.389.
Sangría de extranjeros
Los reseñados 25.596 turistas alcanzados hasta septiembre de 2022 son un 26% menos que los contabilizados en idéntico periodo de 2019. Se quedaron por el camino, en números contantes y sonantes, casi 9.000. Y la sangría está claramente localizada: los extranjeros. Se contabilizaron 7.368 menos, con lo que el desplome fue del 65%. Los visitantes nacionales también se anotaron caída, pero mucho menor (-6,9%).
En las pernoctaciones, el descenso respecto al escenario preCovid fue menor: -16,2%, debido a la pérdida de 15.451 viajeros. Aquí, el boquete no es tan grande como el de los viajeros, porque las noches de alojamiento de españoles ya arrojaron saldo positivo (+13,6% al ganarse 7.420). Las de los extranjeros siguieron a años luz de las logradas tres años antes: el desplome fue del 56% tras registrarse casi 22.900 menos.
La zona del Parque Natural de las Sierras Subbéticas, el motor en Córdoba de este tipo de alojamientos, suma el 41% de estos viajeros
Por último, el INE permite poner la lupa sobre la actividad de estos alojamientos en el área del Parque Natural de las Sierras Subbéticas, que es el motor en la provincia de este tipo de establecimientos. Este espacio lo conforman Cabra, Carcabuey, Doña Mencía, Iznájar, Luque, Priego, Rute y Zuheros. Y en lo que va de 2022, aglutinan en Córdoba el 41,5% de esta clase de turistas y el 46,7% de sus pernoctaciones.
Su comportamiento es claramente mejor que el del conjunto de la provincia. En los nueve primeros meses de 2022, hicieron noche en sus alojamientos rurales 10.631 turistas, un 81% más que un año antes.
Estos viajeros generaron 37.227 pernoctaciones, un 70,9% más. Además, las cifras de este espacio geográfico se quedan cerca de las de 2019, por los buenos indicadores de los visitantes nacionales. El descenso en los viajeros se situó en el 2% y en las noches de alojamiento la caída fue del 4,3%.