el campo
Montilla-Moriles, quinta vendimia inferior a la media
La cosecha recogida en 2022 fue de 29,02 millones de kilos de fruto y la campaña de este año será bastante similar
La vendimia de Montilla-Moriles afronta su cuarta campaña de baja producción

Córdoba Quedan ya pocos días para el comienzo de la vendimia en la zona de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, siendo una vez más, el sello geográfico vitivinícola que iniciará antes la recolección de la uva en Europa. Tanto el Consejo Regulador, como Asaja y representantes de las cooperativas y de las bodegas consultados por ABC coincidieron en señalar que la cosecha final que se conocerá a finales de septiembre será similar a la de la campaña pasada, aunque esto suponga mantener unos niveles excepcionalmente bajos de producción por los efectos de la sequía y la progresiva pérdida de superficie de viñedo que se ha ido registrando desde hace varios años.
Hay que recordar que la temporada correspondiente al verano de 2022 acabó con la recogida de 29,02 millones de kilos de fruto, lo que supuso una caída interanual de algo más de un 5 por ciento, según los datos facilitados por el organismo directivo del marco. Será el quinto año consecutivo en que la cosecha de uva será inferior a la media de la zona productora ubicada en el Sur de Córdoba, que ronda entre 40 y 45 millones de kilos.
El presidente del Consejo Regulador de Montilla-Moriles, Javier Martín, detalló que «las plantas se encuentran muy castigadas por el periodo de escasez de lluvias y elevadas temperaturas registrado en los últimos años, aunque la calidad se prevé que sea muy buena debido a que esta vez apenas se han necesitado tratamientos en las explotaciones por la ausencia de plagas».
No obstante, es consciente de que estas estimaciones pueden cambiar a peor si hasta el inicio de la recolección se producen episodios de fuerte calor y, este fenómeno atmosférico, trae consigo aires calientes, «puesto que esto es lo que más le perjudica al viñedo».
Todos los interlocutores consultados fueron unánimes al señalar que la vendimia viene adelantada en esta ocasión hasta tal punto que los trabajos en las plantaciones comiencen esta misma semana o la siguiente. Lo habitual en el marco hace algunos años era que la recogida se iniciar a principios de agosto. Las primeras variedades que se recolectarán son las correspondientes a los vinos jóvenes, al chardonnay o al moscatel, mientras que, con respecto a la uva más representativa de la DOP, la pedro ximénez (PX), las labores darán sus primeros pasos a primeros del mes que viene.
Viña
Por su parte, el presidente de la Sectorial de la Viña de Asaja en Córdoba, Juan Manuel Centella, coincidió con Javier Martín en que la producción al finalizar la campaña que está punto de comenzar será muy similar a la de 2022, «aunque en los próximos días nos jugamos mucho, puesto que, si hay temperaturas extremas y aires calientes, como se prevé, la uva se puede ver seriamente afectada y eso supondría una merma de la cosecha».
Este dirigente agrario explicó que la pérdida de superficie ha continuado este año, una realidad que, si los precios no repuntan y, con ello, no se gana en rentabilidad, «el cultivo de la vid en nuestra zona está condenado». No obstante, mostró su confianza en que las cotizaciones que perciben los agricultores sean mayores este año, «algo que está ya ocurriendo en otras DOP, como es el caso de Xerez».
Por su parte, Martín aseguró que el arranque de vides se ha frenado en 2023.Las estadísticas oficiales del Consejo Regulador señalan que el año pasado finalizó con una superficie de 4.566 hectáreas, 132 menos que 12 meses antes. Hay que recordar que en la década de los años 70 y 80 del siglo pasado el área sembrada alcanzaba las 20.000 hectáreas. En la última década la disminución ha sido del 12,6 por ciento.
La falta de rentabilidad ha provocado que muchos productores apuesten por otros cultivos con mejores perspectivas económicas, como el olivar o el almendro. Igualmente, el máximo responsable del Grupo Pérez Barquero, Rafael Córdoba, apuntó que la cifra de uva recolectada en la vendimia será parecida a la de la pasada, aunque incidió en la disparidad en el estado de cada una de las plantaciones. «Habrá que estar atentos a las condiciones climatológicas venideras para ver si cumplen estas previsiones», agregó el empresario vitivinícola.
Mucho más pesimista se mostró el presidente de la Cooperativa La Aurora, Antonio López. «Estimamos que la cosecha se puede reducir hasta un 30 por ciento y quedarnos con una producción final de unos 22 ó 23 millones de kilos como consecuencia del arranque de viñedo continuado y la fuerte sequía». En este sentido, recordó que el marco arrastra desde 2008 un periodo de bajas precipitaciones, lo que «ha causado estragos muy importantes a las viñas».