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Miguel de Cervantes y Córdoba
Pocos cordobeses conocen y se enorgullecen de la vinculación del autor del Quijote con la ciudad
Hoy, Día Internacional del Libro, conmemorando las muertes o entierros, un 23 de abril de 1616, de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, es buen momento para apuntar la vinculación del primero con Córdoba.
Hace unas semanas las Reales Escuelas Pías de la Inmaculada, ubicadas en la plaza de la Compañía, colocaron orgullosas una placa en su fachada recordando que allí en 1555, en el entonces Colegio de Santa Catalina, de jesuitas, entró Miguel de Cervantes (1547-1616). Existe certeza de que el futuro autor del Quijote estudió unos años allí y, por tanto, residió en Córdoba.
Certeza extendida a que en Córdoba vivió y murió su abuelo paterno, Juan de Cervantes, licenciado y abogado de rentas. Y que por algún motivo, en vida o muerte de éste, su hijo Rodrigo y su nieto Miguel se mudaron desde Alcalá de Henares para vivir en nuestra ciudad. Parece que Miguel aprendió a leer en una academia en la plaza de la Magdalena, antes de ingresar en el Colegio de Santa Catalina.
Posteriormente, en sus obras, Cervantes demostrará que conocía Córdoba. Por ejemplo, en el episodio de la venta, en el Quijote, pone entre los manteadores de don Alonso a agujeros de la posada de la plaza del Potro, lugar de pícaros y mentidero de la Córdoba de los Austrias. Y en su libro 'El coloquio de los perros' habla de Montilla y las Camachas, unas misteriosas brujas de esa localidad cordobesa.
La placa puesta recientemente en el colegio de la Compañía viene a sumarse a las colocadas con motivo del tercer centenario de la muerte de Cervantes en la plaza del Potro y en la puerta de Osario. La ciudad le tiene dedicada una avenida; Cervantes fue el nombre elegido por los maristas para su colegio fundado en Córdoba en 1933; y el Regimiento de Infantería Córdoba 10, en Cerro Muriano, recuerda siempre que formó como soldado en sus filas en los gloriosos hechos de Lepanto y la toma de Túnez.
A pesar de todo, pocos cordobeses conocen y se enorgullecen de la vinculación de Cervantes con Córdoba. Marca de la casa.