Libre Directo
Cabra exalta a Valdés Leal
Valdés Leal era sevillano pero pasó buena parte de su vida en Córdoba, donde se casó, tuvo su primera hija y nos legó obras con un magnífico lienzo en Cabra
Cabra pone el foco en 'La visión de San Francisco en la Porciúncula', su obra magna de Valdés Leal
Cabra conserva el mayor cuadro de Juan de Valdés Leal (1622-1690), el gran pintor del barroco andaluz. Se trata de 'La visión de San Francisco en la Porciúncula', de cuatro metros y medio de altura, pintado en 1672 para el espacio central del retablo del antiguo convento de capuchinos, hoy capilla del colegio de las Escolapias. Con motivo del 350 aniversario de este lienzo, coincidente con el 400 del nacimiento del artista, la ciudad ha organizado importantes actos.
El Ayuntamiento de Cabra, la Fundación Aguilar y Eslava, la Hermandad del Buen Fin, la Junta de Andalucía, la Universidad de Córdoba y Diputación Provincial, entre otras instituciones, han hecho posible la necesaria conmemoración, con conferencias y exposiciones. Tuve la suerte de inaugurarla con una charla el pasado jueves, en un acto presidido por el alcalde Fernando Priego y donde fui presentado por Adolfo Molina, delegado del Gobierno andaluz.
Cinco nombres protagonizaron mis palabras. Primero, lógicamente, Valdés Leal, sevillano pero que pasó buena parte de su vida en Córdoba, donde se casó, tuvo su primera hija y nos legó obras como el retablo del Carmen de Puerta Nueva, la 'Virgen de los Plateros', sendos cuadros de los arcángeles San Rafael y San Miguel y el magnífico lienzo de Cabra, pintado en plena madurez creativa.
Segundo protagonista, los novenos condes de Cabra, Antonio Fernández de Córdoba y Teresa Pimentel, que fundaron el convento de capuchinos en su propio castillo y contrataron al artista. Tercero, las madres escolapias, que en 1899 se instalaron allí, conservando tan rico patrimonio, además de su contribución educativa a la localidad. Cuarto, el Buen Fin, que reside y mantiene abierto el templo al culto.
Y quinto protagonista, Cabra. Para mí siempre es un gran honor visitarla, por trabajo o diversión, y escribir sobre ella. Su filón de historia resulta inagotable, su belleza patrimonial y natural son sublimes y la hospitalidad de sus gentes iguala la categoría con la que tantos egabrenses han escrito páginas de la historia de España. Y además sabe valorar lo suyo. Enhorabuena, ahora, por exaltar a Valdés Leal.
