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José Luis González Peralbo, historiador: «Pongo el foco en el modo de vida de nuestros antecesores en Los Pedroches»
El profesor combina la divulgación con las transcripciones para acercar al lector la Historia de Los Pedroches
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José Luis González Peralbo es licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Córdoba (UCO) y, además, de por su labor como docente es ampliamente reconocido en la comarca de Los Pedroches por su labor de investigación. No hay archivo que se le resista al autor de 'La mala vida en Los Pedroches', una obra que tiene su germen en unas jornadas de Historia que nunca llegaron a desarrollarse pero que le permitieron plasmar a una comarca, y a sus gentes, que conoce a la perfección a través de los delitos cometidos por su ciudadanía.
-¿De dónde nace 'La mala vida de Los Pedroches'?
-Me dedicó a muchas cosas relacionadas con la Historia, desde la enseñanza hasta la investigación o la colaboración en muchos medios. Hasta ahora no había podido compaginar esto con escribir libros y este libro es una consecuencia más de la pandemia y, también de la jubilación. Por un lado, la jubilación me ha permitido disponer de más tiempo y la pandemia me obligó a encerrarme en casa y echar mano de toda la información que tenía copiada, que es mucha, de todos los archivos porque no podía acudir a ellos y seguir con esa labor de investigación.
-Asombra la cantidad de información que aporta el libro y una de las primeras preguntas que se hace el lector es cuáles son esas fuentes documentales.
-Mi afición a la investigación es algo que tengo desde el comienzo de mi carrera, desde que empecé en la docencia, llevo prácticamente cuarenta años visitando archivos y sacando información. En este caso, los contenidos para este libro proceden de fuentes bastantes modernas como la prensa histórica e incluso la tradición oral. Siempre cuento que el episodio dedicado a Pérez Zafra es la primera referencia histórica que tengo porque con cuatro o cinco años me la contó una mujer que asistió a esa ejecución. Además de esas referencias, la documentación procede de los archivos municipales, en concreto, el de Dos Torres, que tiene una sección de pleitos y justicia muy amplia compuesta por 60 o 70 cajas que se traducen en 60.000 o 70.000 folios de información. También el archivo de Pozoblanco, concretamente, los protocolos notariales y para los delitos relacionados con vicios, la sexualidad y la moral me ha sido muy útil el Archivo General del Obispado de Córdoba, que tiene muchos expedientes dedicados a ello. He podido manejar mucha información: tengo acumuladas digitalmente un millón y medio de fotos de documentación de archivos de Los Pedroches.
«Tengo acumuladas un millón y medio de fotos de documentación de archivos de Los Pedroches»
-¿Cuando empezó a manejar información de este tipo ya tenía en mente 'La mala vida en Los Pedroches'?
-Para nada, yo trato la información, la digitalizo, la ordeno y la catalogo: es a lo que me he dedicado en los últimos años en diversos archivos para que esa información no se pierda y para ponerla a disposición de los demás, nunca con miras a escribir aunque está claro que me sirve para colaboraciones, artículos o conferencias. El origen de todo está en una intervención que me solicitaron para unas jornadas de historia en Villanueva de Córdoba; estaba con asuntos de este tipo por lo que me pareció bien recopilar algunos casos que tuvieran que ver únicamente con esta localidad. La pandemia impidió, hasta en dos ocasiones, que esas jornadas se celebrasen, pero yo tenía preparada la intervención sobre la mala vida en Villanueva de Córdoba. Me di cuenta de que el filón era inagotable y lo tenía a mi disposición, de manera que durante los dos años de pandemia me dediqué a transcribir. Habré manejado más de ocho mil folios, más de mil casos, de los que he seleccionado unos doscientos.
-Sorprende a lo largo del libro, de igual manera, cómo se puede conocer a una sociedad a través de su 'mala vida', de los delitos.
-Creo que es una de las partes más interesantes del libro, es una obra histórica pero no al uso, es diferente en ese aspecto. El hilo conductor es la delincuencia, pero ponemos el foco en el modo de vida de nuestros antecesores, su forma de relacionarse, de vestir, de alimentarse, en el modo que tienen de trabajar e, incluso, en la manera de expresarse, cómo sentían, cómo amaban. Y lo más importante, lo he hecho a través de sus manifestaciones porque son ellos los que explican de manera casi inmediata lo que ha sucedido.