ENTREVISTA
Rafael Campanero: «Estoy orgulloso por el homenaje»
El presidente de honor del Córdoba dice que su legado será «mi honradez» y quiere que le recuerden «con mucho cariño»
Rafael Campanero Guzmán (Almodóvar, 28 de julio de 1926) ha sido todo en el Córdoba CF y en Córdoba. La semana que viene recibe un merecido homenaje, organizado por el Real Centro Filarmónico de Córdoba-Eduardo Lucena , a los 90 años. El reconocimiento, el próximo jueves en el Círculo de la Amistad, pone luz a una vida dedicada a la lucha por mejorar Córdoba. A él se han sumado cualquier estrato social de la capital. Aquí tienes un breve resumen de la entrevista publicada íntegra en la edición de papel.
—A los 90 años le llega este homenaje por una vida dedicada al Córdoba CF y a Córdoba, ¿está orgulloso?
—Muy contento y muy agradecido al Real Centro Filarmónico de Córdoba-Eduardo Lucena, que ha tenido la gentileza de proponerlo. También le agradezco este reconocimiento a todas las entidades que se han sumado a él. Estoy contento porque la respuesta en la calle la veo cada día, pero ahora el cariño que recibo de la gente por este homenaje se reaviva más.
—¿Le duele que el Córdoba no sea el promotor de este homenaje?
—Sí, pero la culpa tampoco es de este consejo de administración. Se pidió en una junta general de accionistas antes de su llegada y tampoco se hizo. Las cosas son así y hay que respetarlo. Pero que me lo haga el Centro Filarmónico de Córdoba me llena mucho y estoy orgulloso.
—Ha tenido tres etapas de presidente y tres ascensos, y eso no lo puede decir nadie en el fútbol español.
—Sí, pero jamás he dejado de reconocer que para subir tienes que tener suerte. Para tener tres ascensos tienes que tener un poquito de suerte. De hecho, también habría jugado tres fases de ascenso si la Liga de entonces fuera como la de ahora.
—¿Cuál ha sido el mejor momento que ha vivido en el Córdoba?
—Me quedo, por supuesto, con los tres ascensos de mis etapas, pero también con el ascenso del Córdoba a Segunda en Cartagena porque tuve mucha participación en él. Estaba Manolo Oviedo de presidente, pero lo apoyamos económicamente. Había que poner mucho dinero y se puso. Hay que agradecérselo a Rafael Merino y Antonio Prieto, del Ayuntamiento, y también a Cajasur.
—¿Y el peor?
—El penalti del Cádiz en 2007. El año en Tercera en los ochenta. Además, el Córdoba ha estado dos o tres veces al borde de la desaparición. Ha habido muchos, pero más que el peor momento creo que la operación de salida del viejo Arcángel al nuevo estadio ha sido el mayor error del Córdoba en su historia. El Córdoba tenía cedido el antiguo campo por 30 años a un precio simbólico. El club no debió irse sin contraprestación de allí. El Córdoba tenía que haber reclamado dinero por marcharse del viejo Arcángel para liquidar la importante deuda que tenía entonces. Además de quitar la deuda, debía de haberse aprovechado la situación para quedarse el nuevo estadio en las condiciones que más le interesaban al club. Si no, el Córdoba no se tenía que haber ido de allí, pero los dirigentes de esa época (Adarve) lo consintieron.
—Rafael Campanero todavía no tiene el nombre de una calle en Córdoba. ¿Cree que la merece?
—Bueno, pero tengo el cariño de la gente. Tampoco sé si la merezco o no. Estos últimos años me he llevado muchas alegrías. Me conoce mucha gente de Córdoba y he notado mucho el cariño de la gente durante todos estos años. Eso me supone más satisfacción que el nombre de una calle y más que todo. Este homenaje me llena porque tengo el cariño de la gente. ¿De qué serviría este homenaje si la gente no me quisiera? Me siento respetado completamente.
—¿Cuál es el legado que deja Campanero a Córdoba y al Córdoba CF y cómo quiere que se le recuerde?
—Creo que mi honradez. Espero que se me recuerde con cariño. También con que soy una persona que he dado siempre unos buenos días y unas buenas tardes.