GENTE DEL ARCÁNGEL
Polini y la devoción por el escudo del Córdoba
El líder de Brigadas sigue ahora desde la distancia los partidos del equipo
«La camiseta del Córdoba va conmigo a todos lados» . Tal vez, si se dice Álvaro Priego, al gran público cordobesista le suena como un nombre más, pero la historia es distinta si se menciona a Polini, líder de las Brigadas Blanquiverdes .
En la actualidad, sufre las desventuras del Córdoba muy lejos de La Fuensanta, su barrio. Y es que avatares de la vida le han llevado hasta la República Checa , donde trabaja como operario de montaje. Pero eso no le priva de «ver los partidos donde sea; no me los pierdo».
Obivamente, Polini resaltaba que «es pronto para saber lo que va a pasar en la temporada, pero también es cierto que deben reaccionar cuanto antes». Porque « si se consuma el descenso sería una pena para el equipo, la ciudad y, sobre todo, por la gente que quiere al Córdoba».
Y es que en su recuerdo está la primera vez que fue al estadio. A finales de los 90 , presenció un Córdoba-Cacereño que fue el preámbulo de su sentimiento. De hecho, fue en expansión tras un doloroso 3-3 contra el Écija en 1998. Desde entonces, se fue generando su fidelidad que tuvo un primer punto culminante en 1999 con el ascenso en Cartagena: «Recuerdo que en casa estábamos unas 15 personas y cuando remontamos fue una locura» . Por cierto, que esa temporada, en la que «las entradas costaban 500 pesetas para los niños», fue con asiduidad al campo y hasta se situó junto a las Brigadas, grupo del que posteriormente se erigiría como líder.
El sentimiento de Polini se suele ver en El Arcángel. Porque en más de una ocasión descubre su torso para que se le vea un enorme escudo del Córdoba, pero tiene algún episodio a domicilio muy peculiar: «en el play off de 2007, me planté en Pontevedra con unas muletas . Y recuerdo que fue bestial cómo se remontaron los dos goles que nos metieron al principio». Incluso, apunta que «tras los goles de Asen, decía eso de que “bendito sea el Córdoba”». Y en ese repaso recordaba «el salto de Pierini contra el Huesca o el de Las Palmas, por lo que suponía».
Además de lo deportivo, Polini habla de que «también esto da la oportunidad de conocer a gente que luego se convierte en tus amigos». De paso, ha recordado que «es importante que la afición vaya junta, porque eso luego tiene su reflejo sobre el campo» .