¿Local o a domicilio? La dicotomía del Córdoba CF

La temporada ha comenzado con dicotomía para el Córdoba CF . El equipo ha enseñado una cara excelente y contundente a domicilio que contrasta con la horrible y débil que ha exhibido en los compromisos en El Arcángel . Al pleno de victorias como visitante le merma el pleno de derrotas como local.

Las dos versiones del mismo Córdoba tiene la cara a domicilio y la cruz como local . El equipo parece que se transforma cuando viste la nueva camiseta rosa en otro diferente al que decepciona con su uniforme principal blanquiverde . Los números son decisivos para demostrar la disparidad de rendimiento fuera y en casa. Como foráneo, ha sumado dos victorias en los dos partidos oficiales que ha disputado. En casa, ha perdido las dos citas.

Noqueó al Albacete en el Carlos Belmonte con contundencia. Ganó por 0-3 con goles de Edu Ramos, Javi Galán y Jovanovic, que no regresará a los terrenos de juego hasta octubre por una inoportuna lesión en el bíceps femoral derecho. Son los tres únicos puntos que suma en la Liga.

La confirmación de que el Córdoba está más cómodo y suelto lejos de su estadio que en El Arcángel llegó el miércoles en el Artés Carrasco. Tumbó con severidad al Lorca . Lo hizo con un despliegue de pegada descomunal. La eficacia fue suprema. Venció por 2-4 con dianas de Sergi Guardiola, en dos ocasiones, Markovic y Alfaro, que ejerció de capitán en el torneo copero.

Al pleno de dos triunfos como visitante, el Córdoba CF añade un volumen de acierto ofensivo sobresaliente. El equipo blanquiverde ha sido capaz de anotar la friolera de siete goles en solo dos partidos a domicilio. La media ahora mismo es de 3,5 goles por encuentro en el que coge las maletas. Solo ha recibido dos, y en el contexto de una relajación suprema en el tramo final del encuentro ante el Lorca.

El Córdoba , fuera de su feudo, ha demostrado más capacidad goleadora, mayor pegada ofensiva, ha trabajado mejor la presión adelantada, ha dominado en la mayor parte el juego a sus rivales y ha dejado una sensación de equipo que, desgraciadamente, no se ha visto en El Arcángel.