PROYECTO
Las incógnitas del Córdoba CF
El descenso se produjo el 12 de mayo y no ha hecho aún ningún movimiento oficial para el próximo curso
El Córdoba CF ha tirado casi un mes a la basura. El pasado 12 de mayo certificó el descenso a Segunda B con una derrota por la mínima ante Las Palmas. Desde entonces han pasado 24 días en los que la entidad blanquiverde no ha dado ni un paso para adelantarse a sus rivales en la planificación de la próxima temporada. Ni los dos meses que faltan por delante para que comience la competición del ejercicio 2019-10 sirven de excusa para la excesiva parálisis cordobesista.
El futuro del Córdoba CF se mueve entre incógnitas. La principal es la más conocida por la afición. Quién llevará el timón del club la próxima temporada. Jesús León sostuvo la semana pasada que «el 31 de julio voy a pagar los 4,5 millones de euros a Carlos González» del último plazo de la compraventa. Sabe que si no lo hace, el canario tendrá la opción de recuperar el control del club. Una maquinaria para rescatarlo que ha iniciado en mayo y que puede tener continuidad en junio.
Sin embargo, hay otros asuntos de vital importancia que el Córdoba ha sido incapaz de resolver todavía. Por ejemplo, tampoco ha dado un paso al frente para decidir quién será el máximo responsable deportivo . El director deportivo, Rafael Berges, tiene contrato para la próxima temporada.
Lo más probable es que haya un cambio de rumbo en la dirección deportiva . León, cuestionado en la rueda de prensa de la semana pasada por el futuro de Berges, fue tan tibio que implícitamente dejó claro que tiene la puerta abierta para encontrar una solución pactada. El empresario de Montoro reflejó que «el proyecto deportivo será nuevo». Y emplazó a unas semanas para explicar lo que pretende. Ni siquiera recurrió al hecho de que Berges tiene contrato. La deducción es inapelable. El presidente no tiene voluntad de que el cordobés continúe. Aunque aquí la clave está en la decisión de Berges, que tiene un año más de contrato.
En la misma situación está el banquillo . Rafa Navarro, desgraciadamente, no ha hecho méritos que sustenten la posibilidad de ampliarle un contrato que finaliza el 30 de junio. Los números no respaldan la continuidad del preparador de Ciudad Jardín, que tampoco ha encontrado la fórmula de frenar la sangría defensiva del equipo y con ello el rumbo hacia Segunda B. De hecho, ha sido el entrenador que selló el descenso matemáticamente.
El Córdoba CF está atado de pies y manos para organizar su futuro. Sin un máximo responsable deportivo ratificado y sin sustituto a la vista, la decisión de quién será el entrenador parece que sería muy atrevido, cuando no irresponsable, que se tomara desde otro cargo de la institución cordobesista. Casi un mes después de bajar a Segunda B, el Córdoba ha perdido el tiempo.
Una situación, además, que complica las duras decisiones que el club tiene que tomar sobre los once jugadores que a día de hoy tienen contrato para la próxima temporada con la entidad blanquiverde en Segunda B.
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