Fútbol - Segunda B
Los números que explican el batacazo del Córdoba CF
El equipo blanquiverde fue el cuarto peor local del Grupo IV, no llegó a la mitad de triunfos ni encadenó nunca tres seguidos
Todavía le toca al Córdoba CF rumiar los pecados del pasado. Al conjunto blanquiverde se le atragantaron varios conceptos clave en la temporada 2020-21 para acabar certificando un descenso a la cuarta división del fútbol español, que será la Segunda Real Federación Española de Fútbol (RFEF) desde la próxima temporada 2021-2022, en un curso en el que partía con la aspiración, el presupuesto y todos los condicionantes para buscar el retorno a Segunda A , en LaLiga al fútbol profesional donde prácticamente había convivido durante las últimas dos décadas casi de forma ininterrumpida.
1. De los peores locales del Grupo IV
La desastrosa dinámica como local marcó principalmente el desenlace de la temporada para el Córdoba CF . El equipo fue siempre un manojo de nervios en su estadio. Hay quien lo achaca a la ausencia de público en las gradas durante la mayor parte de la campaña. Sin embargo, lo cierto es que la presencia de público, con el ambiente enrarecido que se hubiera vivido en el estadio a medida que pasaba el curso y no llegaban los resultados, tampoco está claro que le hubiera beneficiado.
Sea como fuere, el único dato objetivo es que el Córdoba CF fue un desastre como local. El equipo jugó 12 partidos de liga en su estadio, pero sólo consiguió cuatro victorias. Es decir, apenas ganó uno de cada tres encuentros. Tropezó en el resto. Acumuló ocho traspiés en su feudo, con un balance de cuatro empates y cuatro derrotas. Sumó sólo 16 puntos.
De hecho, el Córdoba ha sido el cuarto peor local de los 20 que compusieron el Grupo IV durante la temporada. Sólo el Recreativo Granada (13) y los colistas y doble descendidos Lorca (10) y Marino (7) lo hicieron peor ante su público.
2. Desconcertante falta de gol y pegada
El Córdoba CF maquilló sus números ofensivos con una doble goleada al Linense (0-5), cuando ya no se jugaba nada el rival, y a El Ejido (4-0) en diciembre. Sin embargo, acusó su falta de pegada durante todo el curso.
El equipo blanquiverde hizo 31 dianas en 24 partidos de liga. Sin embargo, el 30 por ciento de sus goles fueron en esas dos jornadas. Luego, el equipo apenas hizo 22 goles en 22 encuentros. Eso significa que su media más real estuvo sobre el gol por encuentro, lo que le obligaba a dejar la portería a cero en cada duelo para sumar todo el botín. Eso es prácticamente imposible en cualquier categoría.
Por esa falta de gol acabó con sus huesos en Segunda Federación , a pesar de que no es normal que, con sólo 22 goles en contra, siendo el segundo equipo menos goleado de los 20 del Grupo IV de Segunda B no accediese a ninguno de sus dos objetivos: luchar por el ascenso a Segunda o por la permanencia en Primera RFEF.
3. Un entrenador cada dos meses y 32 jugadores
La inestabilidad en los puestos de responsabilidad se han convertido en una mala costumbre en el Córdoba en los últimos años. Lamentablemente, la mala situación deportiva obligó de nuevo a tirar de decisiones arriesgadas.
El plantel blanquiverde contó con tres entrenadores durante el curso. Una temporada que sólo duró siete meses, desde mediados de octubre hasta mediados de mayo. Juan Sabas, Pablo Alfaro y Germán Crespo salieron a una media de poco más de dos meses de trabajo.
Además, los técnicos , en la búsqueda continua y en algunos casos desesperada de soluciones para un equipo que no rendía como se esperaba, llegó a utilizar hasta 32 jugadores durante las 24 jornadas de liga. Es decir, le dio para configurar casi tres ‘onces’ totalmente diferentes a falta sólo de un tercer portero.
4. Ni la mitad de victoria ni tres seguidos
El Córdoba CF fue un aspirante que pinchó en sus aspiraciones a las primeras de cambio. Pronto se vio que sería un equipo tremendamente irregular, lo que marcó su fracaso y su hecatombe durante el curso.
El equipo blanquiverde no consiguió jamás encadenar tres victorias consecutivas. Sus mejores rachas fueron dos triunfos seguidos, que, curiosamente, se situaron en las dos primeras jornadas, en las dos últimas y en las dos previas al parón de invierno en el mes de diciembre.
Al bloque cordobesista le sobraron tropiezos y le faltó sumar de tres en tres. De hecho, el equipo sólo logró diez triunfos en las 24 jornadas de competición, es decir, no llegó ni a acercarse a la mitad victorias.
5. Un plantel por encima de la treintena
El Córdoba trajo el lastre heredado de los contratos de la pasada temporada que no pudo cortar en la presente durante el verano. Eso le llevó a tener casi una decena de jugadores por encima de los 30 años.
Lo que debía ser experiencia para llevar las situaciones más complicadas se convirtió en una mezcla explosiva de lesiones , falta de rendimiento y alguna posición más individual que colectiva dentro del vestuario.