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El Arcángel volvió a sentir el ruido del fútbol, vibró, cantó y celebró la proeza de la victoria del Córdoba CF
El equipo cordobesista estuvo acompañado por 2.500 espectadores en un paso hacia la «normalidad» en las gradas

El silencio pasó a la historia y el ruido por fin volvió a El Arcángel. La autorización de la Junta de Andalucía para ampliar el aforo máximo del estadio a 2.500 espectadores en el encuentro ante el Getafe de la segunda eliminatoria de la Copa del Rey permitió al cordobesismo, a los medios de comunicación y a los jugadores volver a sentir de verdad lo que era un auténtico partido de fútbol antes de la puñetera pandemia del coronavirus que cambió el rumbo del planeta hace justo 10 meses.
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El silencio pasó a la historia y el ruido por fin volvió a El Arcángel. Las puertas estuvieron abiertas para entrar al estadio desde dos horas antes del duelo para evitar aglomeraciones. El olor a tarde de fútbol ya se notaba desde el acceso al Arenal. Gente caminando rumbo al estadio, algo de tráfico con coches y motos, bufandas y banderas rumbo al coliseo y hasta Policía Local para dirigir los movimientos.
El silencio pasó a la historia y el ruido por fin volvió a El Arcángel. La grada cantó a capela el himno del cincuentenario cordobesista que sonó gracias a Dios por fin como un himno de verdad. De escalofríos en el cuerpo y vello de punta. Es curioso con que poquito una pasión tan bella irradia alegría en momentos de tristeza por el puñetero Covid-19.
El silencio pasó a la historia y el ruido por fin volvió a El Arcángel. La afición blanquiverde vibró de lo lindo. Lo hizo primero para reclamar un posible penalti sobre Willy en el primer minuto de juego. Enloqueció cuando el delantero extremeño anotó un golazo para adelantar a los cordobesistas. Fue el tanto de la victoria.
El silencio pasó a la historia y el ruido por fin volvió a El Arcángel. Los 2.500 espectadores aplaudieron a sus jugadores por la ventaja al descanso. « ¿A qué parece otra vez un partido de fútbol con el público así?», preguntaba un periodista a otro en el intermedio. Sólo allí se notó en falta el Roscón de Reyes para celebrar un día tan especial como merienda. Prohibido comer y fumar. Eso sí.
El silencio pasó a la historia y el ruido por fin volvió a El Arcángel. Cuando más se notó fue en el último cuarto de hora cuando los jugadores del Córdoba CF más necesitaban el apoyo para sostener a un Getafe lanzado a la desesperada que se encontró con un larguero como mejor, y casi única, ocasión para empatar. El estadio rugió como si estuviera lleno para apoyar a los suyos. Fue pura emoción. Pura pasión. Pura ilusión.
El silencio pasó a la historia y el ruido por fin volvió a El Arcángel. Los jugadores y la grada fueron sólo uno para celebrar la proeza . Un Segunda B tumbó a un Primera que merodea cada año Europa. La cuarta victoria consecutiva. El cuarto partido sin encajar gol. 384 minutos sin recibir una diana. Pablo Alfaro lleva cuatro partidos en el banquillo y cuatro alegrones. El Arcángel volvió a sentir el ruido del fútbol, vibró, cantó y celebró la victoria del Córdoba CF.