ENTREVISTA

Córdoba CF | Álvaro Aguado: «Hay contactos otra vez para mejorar el contrato y van por buen camino»

El centrocampista pide paciencia con Sandoval porque «sería un error que no continuara»

El centrocampista del Córdoba Álvaro Aguado, ayer, en el túnel de vestuarios del estadio Valerio Merino

Javier Gómez

Álvaro Aguado (Jaén, 1996) empieza a soltarse ante los micrófonos y las grabadoras como ya lo hace en el campo con el Córdoba CF . Fue pieza clave de la salvación el año pasado pese a su juventud. Este curso empezó con dudas, pero el sábado se desató con un golazo que debe ser el punto de inflexión para explotar un talento descomunal. De momento, pone los pies en el suelo. No entiende las dudas con Sandoval y pide paciencia con el técnico. Cree que ha llegado la hora de su mejora de contrato tras un verano convulso. Dice de Reyes, Aythami y Alfaro que son «mis padres futbolísticos». Así toca el balón Aguado fuera del campo:

—Empezamos por lo bueno. ¡Vaya golazo el sábado! ¿Fue un alivio?

—Tuve la suerte de marcar un gran gol. Estoy contento, pero no por el gol, sino por el punto. De hecho, creo que merecimos mucho más. Fue un alivio por lo personal y lo colectivo. Al final cuando en el colectivo no estamos bien por el motivo que sea, pues uno tampoco se encuentra. No es excusa. Tenemos que tener confianza en nosotros. Aunque no estén llegando los resultados, creo que jugando como hemos hecho esta semana llegarán.

—¿Qué explicación le encuentran a este mal inicio de temporada?

—Creo que no está bien poner excusas. Pero la verdadera historia es que no hemos hecho una pretemporada como Dios manda. Por unos motivos y otros no hemos llegado al inicio de temporada como quisiéramos. Estamos a tiempo de revertir la situación.

—Se le puede enjuiciar desde fuera si está mejor o peor que el año pasado, pero al final, ¿cómo se ve usted?

—Prefiero empezar así e ir de menos a más. No hay que ponerse muy nervioso. Solo llevamos cinco o seis jornadas y tampoco se puede juzgar a un equipo o a un jugador por dos o tres partidos. Esto son 42 jornadas. Que hagas cinco jornadas bien o mal no cambia nada. Me hubiera gustado empezar de otra forma, pero prefiero hacerlo así y acabar como el año pasado.

—No sé si ha visto las imágenes del golazo del sábado. ¿Qué sintió en ese abrazo con Sandoval?

—Una mezcla de sentimientos. En la imagen parece que estamos enfadados, pero es un abrazo de alegría, de que estamos sufriendo, de que él mira por mi bien y yo lo sé. Voy a por él a abrazarlo porque me siento bien y siento que estoy respondiendo. Hay imágenes que se pueden malinterpretar, pero no le he dado ni media vuelta.

—Ya hay cierto runrún sobre el futuro del entrenador. ¿Qué le parece?

—Ha hecho lo que ha hecho. Es increíble y creo que pocos entrenadores pueden hacerlo. Ha empezado mal esta temporada y es normal que haya runrún, pero sería un error que no continuara. Hizo todo lo posible para que ahora estemos donde estamos. Sería un error por completo. Él está dando su mejor versión y nosotros no estamos respondiéndole. Hizo lo que hizo. Se fue y volvió como volvió. Se merece más de una oportunidad porque los que fallamos somos los jugadores. Es muy temprano. Los que subieron el año pasado no empezaron como un tiro. Sería un error que se cambiara a estas alturas.

—Ha habido cambios de jugadores, pero parece que el sistema está listo con el 4-3-3. ¿Cómo se sienten con él?

—Al principio nadie se encontraba a gusto porque no hemos tenido una pretemporada como Dios manda. Los 24 ó 25 jugadores que estamos ahora en la plantilla no llevamos ni un mes juntos y estamos haciendo casi una pretemporada (en pleno curso). Los demás equipos llevan tres meses juntos. Nosotros llevamos menos de un mes y el equipo busca su identidad.

—Vuelvo al verano. A su situación personal. ¿Qué pasó con su mejora de contrato?

—(Sonríe) (Sonríe de nuevo, suspira y se toma su tiempo). Nos ofrecieron un contrato, pero llegó toda la incertidumbre con la salida y entrada de gente. Luego llegaron los problemas más grandes y que tenían prioridad en solucionarse: la situación de Pawel (Kieszek) y Edu (Ramos). Es lógico que se le diese prioridad y que otros temas quedasen atrás. Eran jugadores fundamentales para el equipo. Después se han puesto de nuevo a trabajar con lo mío y en eso estamos.

—¿Se ha dado algún paso?

—Se está hablando. Ha habido otra vez contactos y vamos por el buen camino.

—¿Se siente valorado por el club en este sentido?

—Sí. Es verdad que puedes pensar que podíamos contar con mejores cosas, pero al final estoy haciendo lo que me gusta y tarde o temprano me llegará lo que me corresponde. Mi caso ha sido un tema raro porque han aparecido muchas idas y venidas, no era el principal asunto sobre la mesa y lo he entendido perfectamente. Ahora que más o menos se está solucionando todo, pues entiendo que sí hay que ponerse manos a la obra.

—Me gustaría que me hablara de Reyes. ¿Qué ha supuesto para usted dentro y fuera del campo porque se le ve aún muy unido a él?

—De verlo en la tele como un ídolo a tenerlo como compañero fue increíble. Hemos hecho una buena amistad y me ha ayudado en lo personal y lo deportivo. Él me hacía estar a gusto fuera del campo y luego lo trasladaba en el campo. Tanto él como Aythami y Alfaro. He tenido la suerte de que los tres me lo pusieron muy fácil.

—¿Se puede decir que son sus padres futbolísticos?

—Sí, sí, sin duda. Para mí, ellos me han dado todo lo que necesitaba. Han sido los primeros en darme la palmadita, pero también los primeros en corregirme cuando lo hacía mal, que es cuando más lo necesitaba. Fue y es un privilegio tenerlos ayundándome y dándome consejos. Estoy muy orgulloso de decir que mis padres futbolísticos son Aythami, Reyes y Alfaro.

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