Agricultura

Los cambios de los contratos fijos discontinuos causan estragos en el campo de Córdoba

Este tipo de contrato no computa en las estadísticas del desemplo

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P. Cruz

Córdoba

Ha sido en los últimos meses cuando se ha abierto un intenso debate sobre la no inclusión por parte del Gobierno central, desde la puesta en marcha de la nueva reforma laboral, de los trabajadores fijos discontinuos en las estadísticas del paro registrado tal y como se hacía tradicionalmente. Esta figura tiene mucha presencia en el sector agrario debido a la duración determinada de las campañas de recolección de los distintos cultivos. Organizaciones como Asaja han expresado su rechazo a medidas incluidas en esa normativa como es la obligatoriedad de hacer indefinidos a estos trabajadores durante todo el año a pesar de que desarrollen su labor en un periodo de tiempo muy concreto.

No existen apenas estadísticas para conocer la presencia de estos trabajadores en el mercado laboral, algo que ha sido duramente criticado por el PP y algunos grupos de estudios económicos. Precisamente, el Ministerio de Trabajo y Economía Social aseguró la semana pasada que a partir de ahora sí se publicaría el número de fijos discontinuos para conocer su impacto en las cifras del desempleo. Es llamativo el hecho de que el 55,2 por ciento de todos los 90.041 contratos indefinidos firmados en Córdoba entre abril (la reforma laboral entró en vigor el 30 de marzo) y diciembre fueron sellados por empleados que desarrollan su actividad en distintos periodos del año. No se conocen los números por sectores económicos.

La profesora del Derecho del Trabajo de la Universidad Loyola Andalucía, María Teresa Velasco, ha explicado a ABC que «la trascendencia de la reforma deriva más bien de la supresión de parte de los tipos de contratos temporales que existían hasta esa fecha y a los que venían recurriendo los empresarios para cubrir puestos para los que actualmente no tienen más remedio que acudir al contrato de trabajo fijo discontinuo, estableciendo por ley que su antigüedad se calcule teniendo en cuenta toda la duración de la relación laboral y no el tiempo de servicios efectivamente prestados«.

Esta experta considera que estos cambios afectan en gran medida al mercado de trabajo de la agricultura y de la ganadería. Según ha detallado, el impacto principal en el campo viene determinado por la desaparición de los antiguos contratos temporales para obra o servicio determinados y eventual por circunstancias de la producción, lo que unido a la ampliación del fijo discontinuo ha hecho que muchos de los trabajos que antes se cubrían con vinculaciones laborales de una duración determinada ahora tengan que cubrirse con este tipo especial de contratos fijos.

A su juicio, «esto ha complicado bastante la gestión de los productores, puesto que una vez que se finaliza su labor el trabajador recibe una liquidación salarial o finiquito, pero no cesa su relación con la empresa, de modo que cuando vuelven a necesitarse trabajadores el empresario tiene que ponerse en contacto con los fijos discontinuos contratados anteriormente en la forma y orden que establezcan los respectivos convenios colectivos«.

Impacto

Para Asaja la reforma laboral impulsada desde el departamento encabezado por Yolanda Díaz (Unidas Podemos) supone «un auténtico disparate» al «introducir un velo político a la realidad de las campañas agrarias en nuestra provincia debido a que el campo tiene como condición intrínseca la temporalidad por estar condicionada la actividad agrícola a una duración determinada». «La aceituna no se recoge durante todo el año, sino que la recolección se concentra en unos meses muy concretos, que es cuando hace falta la mano de obra», recalcó.

En lo que se refiere al impacto de esta normativa en cuanto a la figura del fijo discontinuo, el dirigente indicó que «desde el año pasado el empresario agrícola tiene una obligación de llamar a los trabajadores contratados en esta campaña a la temporada siguiente, algo que resulta complicado porque algunas de estas personas se marchan a otros tajos que les resultan más interesantes o en otros casos resulta muy complicado poder contactar con ellos, ya que muchos son extranjeros o no tienen posibilidades desde el punto de vista de la comunicación para localizarles». «Si los productores no actúan así, se enfrentan a importantes sanciones económicas», subrayó el representante de la patronal agraria, quien agregó que, «de esta forma, se genera una burocracia inútil para no asumir la situación real de la agricultura y la ganadería».

En cuanto a la polémica sobre no inclusión de los fijos discontinuos en las cifras del paro registrado, Fernández de Mesa aseveró que «los políticos se vanaglorian de que baja el desempleo o se reduce la temporalidad, pero es toda una falacia al generarse una situación que es ficticia». Por su parte, la profesora de Derecho del Trabajo de Loyola Andalucía informó de que estos trabajadores, cuando se encuentran en un periodo de inactividad, se les considera demandantes con relación laboral, pero «actualmente no es posible conocer en las estadísticas oficiales qué porcentaje de estos solicitantes son realmente fijos discontinuos cuando no están trabajando».

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