Patrimonio
Las callejas históricas de Córdoba, 'cerradas' por los vecinos para protegerlas de la suciedad y el olvido
Los residentes toman medidas con macetas y vallas para evitar problemas de seguridad y salubridad
El festival realizado hace cinco años puso el foco sobre enclaves que hoy vuelven a estar olvidados
Córdoba vuelve a descubrir el embrujo de sus rincones menos conocidos en el II Festival de las Callejas

La mayoría de las callejas de Córdoba eran tan anónimas que hasta hace cinco años, y todavía hoy, muchos ni siquiera habían reparado en que existían. Todos habían pasado por Carlos Rubio, Huerto de San Pablo o Valderrama, pero no recordaban una vía abierta ... y sin salida. Mucho menos sabían que tuvieran historia. El Festival de las Callejas, que se celebró algo más de un lustro, consiguió que se mirase a estos lugares, con trayectoria de siglos muchas veces, en pleno Casco Histórico. Han pasado casi cinco años de la segunda y última edición y hoy muchos de ellos están cerrados por los propios vecinos.
El promotor de aquella cita, el notario Manuel Ramos Gil, alerta a ABC de cómo los vecinos han decidido en al varios lugares cerrar al acceso público las callejas que se conocieron en aquellos días. «Son medidas de autoprotección», explica, debido a que los residentes son quienes tienen que sufrir las consecuencias de actitudes incívicas que se ceban con la estrechez y oscuridad nocturna de estas vías. Allí se pueden abandonar basuras y hasta hacer necesidades fisiológicas, y de hecho ha sucedido.
El resultado es que los vecinos, que acogieron muy bien el festival debido a que invitaba a conocer la historia de sus calles y a protegerlas, ahora han tenido que tomar medidas por su cuenta. Un ejemplo está en la calle Huerto de San Pablo, que une Pedro López con el Jardín de Orive, al que se accede por una de las puertas antiguas que quedan del antiguo convento dominico.
Aquí está una de las callejas que participaron en el certamen, y que hoy se encuentra inaccesible debido a la presencia de grandes macetas con plantas. Los tiestos ocupan mucho espacio, pero también las propias plantas: 'cyca revoluta', es decir, una variedad de palmeras de interior.
Como apunta el propio Manuel Ramos en la página web dedicada al Festival Callejas de Córdoba, la calle Huerto de San Pablo dos callejas-barrera, una más próxima al jardín y otra más interior, donde se han puesto las plantas. En una de ellas llegó a haber casas propiedad del Cabildo Catedral.
Según pudo confirmar ABC de uno de los residentes de la vía, la calleja era un foco constante de insalubridad y de inseguridad. De lo primero, porque con cierta regularidad, y especialmente en Cruces y Patios, quedaba la calle llena de excrementos líquidos y sólidos, con la consiguiente molestia para los vecinos. De lo segundo, porque la oscuridad podía favorecer pequeños robos.
Era también un lugar en el que no era raro que hubiera parejas, confirmó el mismo residente. De todas formas, todavían quedan señales de actitudes incívicas, como las pintadas que afean la cal de las paredes, pero las plantas, sin ser una solución drástica, han conseguido al menos disuadir de malos usos de esta vía pública del Casco Histórico.
Acceso de limpieza
Pasa lo mismo en la que siempre se llamó Calleja del Baño, porque era el nombre de la vía principal a la que sale, que es la que entonces se llamaba también así y hoy está rotulada como Carlos Rubio. Los residentes en esta calleja-barrera, así llamada por dividir a unas propiedades de otras, han creado una valla de madera que no está protegida con una cerradura, pero que intenta disuadir del paso.
Está junto a los baños árabes que ahora está restaurando la Junta de Andalucía y su historia no es ajena al deterioro, ya que desde el siglo XVIII los documentos del Ayuntamiento la nombran como Calleja Sucia de San Pedro. Ya entonces, insiste Manuel Ramos Gil, había problemas porque había gente que usaba estos adarves, que se habían heredado de la época árabe, para deshacerse de la basura.
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La limpieza en estas calles, aunque pertenezcan al viario público, no siempre es fácil, ya que los vehículos que pueden llegar a otros lugares no acceden ahí. La empresa municipal Sadeco no las deja de lado, pero los vecinos han dicho en muchas ocasiones que la frecuencia no es tan alta, con lo que las molestias por la suciedad, y eso lo constantan en varios puntos, son bastante frecuentes.
Está también cerrada en algunos momentos la Calleja de los Vinagreros, afluente de la calle Lineros y a la que dan las cocinas del restaurante Bodegas Campos. Se ha colocado una verja hacia la mitad en una vía que se caracteriza por la presencia de arcos, y que en algún momento se llamó de los Agujeros, ya que en ella había varios talleres de fabricantes de agujas, a muy pocos metros de la calle de los Lineros. Todos relacionados con los tejidos, por lo tanto.

En los últimos tiempos también se le llamaba Calleja de la Bodega, por su vecindad con Bodegas Campos. Fuentes del restaurante explicaron que se dispuso una cancela desmontable frente a la puerta de servicio de Bodegas campos.
Distinto es el caso de la que está nombrada en distintos documentos como Callejita de Valderrama, que se llama así por dar a la vía del mismo nombre, y que discurre entre la plaza del Cristo de las Penas, junto a Agustín Moreno, y la Ribera. Como resalta Manuel Ramos Gil, es una calle privada, aunque histórica, que sería propiedad de los dueños de la casa. Como era tradicional, estas vías estaban excluidas del padrón.
Es la barrera entre una casa y parte del convento de clarisas de Santa Cruz, que aunque da a la calle Agustín Moreno ocupa una extensión muy amplia. Sus propietarios ahora disponen de una cancela con cerradura, como corresponde a su carácter de propiedad privada, para protegerla.
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