¿Cómo hacer frente a los delitos informáticos?

La inmensa mayoría de los usuarios que navegan por Internet y se prodigan en las redes sociales no es consciente de la cantidad de información personal que vierte y, lo que es más importante, que se queda. Y todos esos datos pueden llegar a manos de ciberdelincuentes, que suelen aprovecharse de la imprudencia o exceso de confianza de los usuarios para llenarse los bolsillos a su costa. Pero en la web también se dan otro tipo de infracciones que, debido a la falta de medios y a la dificultad para perseguirlas, quedan, en ocasiones, impunes.

Así se puso ayer de manifiesto durante la primera jornada del congreso sobre seguridad informática «Qurtuba Security Congress», que concluirá hoy en la Facultad de Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Córdoba (UCO).

El objetivo de estas jornadas, en las que hay inscritas más de 400 personas entre las que figuran abogados y agentes policiales de diversos puntos de la geografía española, es formar «un bloque sólido» entre los juristas, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los propios «hacker» éticos, donde «la seguridad de los sistemas y de la información es imprescindible en la sociedad actual», apuntaron desde la Asociación Nacional de Profesionales del Hacking Ético, que organiza el congreso.

Entre los ponentes de ayer subió al escenario la responsable del grupo de la Policía Nacional especializado en investigación de nuevas tipologías delictivas y ciberdelitos, Silvia Barrera, que abordó las «dificultades» con que se encuentran los agentes a la hora de investigar una conducta delictiva en la red y, concretamente, «aquellos que son considerados como menos graves», manifestó la especialista.

Así, señaló que «están muy ‘de moda’ los delitos de odio y discriminación», manifestó con sorna. «En ocasiones, las redes justifican este tipo de conductas en la libertad de expresión. A veces, resulta muy complicado resolver este tipo de asuntos».

También, según explicó la profesional, se dan muchos casos de «sextorsión» (chantaje sexual por internet), así como suplantaciones de identidad, «que no son perseguibles en sí, sino cuando sirven para la comisión de un hecho delictivo», dijo.

El principal problema de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad con los ciberdelitos es «la volatilidad de las redes sociales», dijo la agente. «El poder lo tienen ellas, cuentan con toda nuestra información. Por ello, cuando, por ejemplo, se publican comentarios que pueden tener un reproche penal, «lo más recomendable es hacer una captura de pantalla y, de inmediato, informar a la Policía o a un notario para que levante acta de lo difundido».