Los vecinos piden un plan de choque contra incendios en infraviviendas

La ocupación ilegal de inmuebles, las instalaciones eléctricas obsoletas o el uso de braseros inseguros están detrás de los últimos siniestros graves

J. M. C.

Algo está pasando para que en apenas seis días se hayan producido cuatro incendios graves con dos muertes y numerosos heridos, un susto de menor intensidad en una residencia de mayores coincidente con el último suceso de Las Moreras y un amago registrado ayer por la mañana; si bien en esta ocasión los bomberos no tuvieron que actuar, ya que quienes dieron el aviso pudieron sofocar ellos mismos las llamas iniciales.

Colectivos sociales y asociaciones vecinales contactados ayer por este periódico coinciden en la respuesta. A las malas condiciones de viviendas que, en muchos casos, tienen ya entre 80 y 90 años, se une una serie de instalaciones eléctricas muy deficientes, el uso de braseros de mala calidad y poco seguros, materiales poco recomendables y un problema que empieza a ser endémico en las zonas más deprimidas de la ciudad: la ocupación ilegal de locales de uso comercial o social como si fueran viviendas. Y para ello reclaman a las administraciones la puesta en marcha de un plan global de actuación que evite esta situación.

El de Las Moreras es el que ha servido para encender de una vez por todas las alarmas, pero, según el portavoz de la federación Haz Tu Futuro, Manuel Ortega, también ocurre en Las Palmeras y en la zona norte del Barrio del Guadalquivir. «En Moreras, prácticamente el cien por cien de los locales de las calles Poeta Juan Morales Rojas, Periodista Leafar y Músico Tomás Ruiz de Victoria están ocupados por unas 50 familias; en Palmeras no hay apenas locales libres para negocios y en Guadalquivir lo menos que te puedes encontrar son locales vacíos», dijo.

Pisos «caóticos»

Algo con lo que coincidió, al menos, en lo que a Las Palmeras se refiere, Francisco Povedano, delegado en Córdoba de la Asociación de Barrios Ignorados de Andalucía. «Hemos detectado zonas de riesgo similares a lo que ocurrió en Las Moreras y más gordos todavía», comentó en alusión a pisos «caóticos» con las paredes quemadas, enganches ilegales de luz, acumulación de chatarra y basura en habitaciones e instalaciones tan precarias de gas para cocina que no entendemos cómo no se han producido más explosiones». Povedano se refería a un piso ubicado sobre la sede de la Hermandad de la Piedad que se detectó por una inundación de agua, «pero los vecinos me han dicho que como ése hay más de uno y más de dos».

Son cuestiones —sobre todo la de los locales— detectadas hace ya más de 20 años «cuando se clausuraron todos y llegaron en plan demagógico los de los Derechos Humanos y derribaron las puertas para que entrara la gente a ocuparlos», recuerda Ortega.

Un problema delicado que, en opinión de los cuestionados, tiene solución. De hecho, ya en su día, a raíz de la abundancia de denuncias realizadas al respecto tanto en el Ayuntamiento —con gobiernos de todos los colores— como en la Junta por parte de diversos colectivos, «las administraciones se mostraron receptivas a la elaboración de un plan general de actuación que se quedó paralizado con la llegada de la crisis», explicó Francisco Povedano. Evidentemente, sin dinero no hay actuaciones posibles y se habían pensado en varias soluciones. Desde la restauración de todos los locales, previo desalojo, para recuperar el fin último de esos espacios, es decir que acojan a negocios, hasta su «reconversión en viviendas, de tal modo que las personas mayores que ahora están en pisos superiores y no tienen mucha movilidad puedan vivir allí, incluso en parejas para que se puedan cuidar mutuamente», tal y como explicó la presidenta de la Asociación de Vecinos de Las Moreras, Ana Sánchez Cobacho.

De hecho, según recordó Ortega, es algo que se realizó en su día en una promoción de locales ubicada en Las Moreras, además de que es verdad que se rehabilitan locales, pero «para ser nuevamente ocupados».

Por el momento, y desde hace años, «nadie nos está haciendo caso y si no ocurren más cosas es porque Dios no quiere», advirtió, por su parte, Povedano, quien, no obstante, apuntó que el último suceso registrado hasta la fecha «nos da nuevos argumentos para reclamar a la Junta y al Ayuntamiento para que vuelvan a sentarse y elaboren un plan general» que elimine el llamado «chabolismo horizontal».

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