Un ¿por qué? por cada uva
¿Por qué cuando algunos quieren protestar contra la política y los políticos, lo hacen —casi exclusivamente e incluso con atentados— ante las sedes del PP?
¿Por qué existe tanta animosidad contra la Iglesia Católica siendo la institución que más ayuda a los necesitados de España y del mundo entero?
¿Por qué en las emisoras de televisión, que emiten en nuestra lengua, cuando entrevistan a personas que hablan en inglés, francés u otras lenguas (incluso autonómicas) mantienen el sonido original, confundiéndose con la traducción que hace el locutor? Las más de las veces no hay manera de saber qué dicen.
¿Por qué no se limitan los mandatos (y las prebendas) de muchos cargos a personajes como el presidente de la Federación Española de Fútbol, que, además, lo están haciendo bastante mal?
¿Por qué en Andalucía, tierra de María Santísima, se recortan tan drásticamente los horarios para las clases de religión?
¿Por qué se les llena (a algunos políticos) la boca de democracia y libertad y luego ignoran o prohíben, sin consultar a nadie, costumbres de muchos siglos?
¿Por qué algunos periodistas silencian o minimizan las noticias positivas dignas de divulgación y se ocupan con largueza de un niñato de escasa vergüenza y enorme caradura? ¿A quién o a quienes conviene?
¿Por qué la Justicia mantiene preventivamente encarcelados a delincuentes que han defraudado cantidades menores y siguen libres los que han defraudado miles de millones de euros? ¿Cambiará la tendencia?
¿Por qué se ha generalizado el «Felices Fiestas» en lugar del «Feliz Navidad» o “Felices Pascuas” que son las expresiones más adecuadas y tradicionales?
¿Por qué hay tantos comunicadores, que, en un supuesto reconocimiento hacia las mujeres, pero con riesgo de pesadez y fatiga en la lectura, se empeñan en emplear expresiones duplicadas o redundantes, como cordobeses y cordobesas o trabajadores y trabajadoras?
¿Por qué algunos padres son tan poco responsables que permiten que sus hijos, que aún no han alcanzado la mayoría de edad, beban habitualmente alcohol sin ningún control o seguimiento?
¿Por qué algunos hijos, sin tener en cuenta el enorme sacrificio que hacen sus padres, dilapidan su tiempo sin asistir a clase y dedicándose a no hacer nada o, quizás, a actividades poco formativas? ¿A quién o quiénes les pedirán cuentas si el futuro no les resulta suficientemente halagüeño?