¿Estamos locos o qué?

JOSÉ MEDINA PEDREGOSA

¿Estamos locos o qué? Conforme va pasando el tiempo nos vamos dando cuenta que en esta nación o unión de países van proliferando veredictos que rayan con el esperpento y a veces con un ridículo fachoso e incluso con un talante grosero. Tenemos en demasía una intoxicación que algunos medios de comunicación nos dejan perplejos cuando estos se dejan caer en un populismo que, ellos mismos, los periodistas de turno, dejan caer como si esto fuese la droga que a la fuerza nos meten día a día en nuestras cabezas cuando leemos o vemos la tele.

El acoso psicológico que nos somete el mundo periodístico con todo su acerbo de desconfianza hacía algunos partidos y en sentido contrario nos dan las ideas, a veces inequívocas e impertinentes de que el populismo ha venido por la falta del apoyo moral y de las malas costumbres de los partidos inseparables que han estado en el poder desde que empezó la Transición hace ahora más de 30 maños. Es verdad que muchos de estos partidos han hecho de su poder una comunión, donde han proliferado todo tipo de pillajes, pero de ahí a que Podemos sea la clave para una nueva ordenación de un nuevo sistema hay un abismo muy grande que solamente los idearios periodísticos nos dejan en la boca del abismo.

Poco a poco vamos conociendo a estos partidos populistas, donde la sal de su bautismo está tan fría como la sal de las minas de Cardona que cambian de color según el departamento a visitar. Poco a poco, menos mal, hay periódicos donde poco a poco, como he dicho antes, nos dan un rayo de luz, donde vemos la caterva de premoniciones y arcadas que nos dan día a día cuando los vemos saliendo al ruedo de esta España vilipendiada por todos los poderes.

Si estos de Podemos, ya lo han dicho, quieren hacer de España un país nuevo y lleno de bondades, a mí me parece una falacia muy grande. Hemos visto muchos escarceos en su poca vida que llevan como partido, pero si miramos hacía atrás y hacía delante, vemos que sus mensajes, como dicen algunos, rayan en una miserable locuacidad que ellos mismos cuando vean su presencia y manifestaciones quedaran como la estatua de sal de Edith, la mujer de Lot, petrificados.

¿Estamos locos o qué?

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación