El «sinvivir» del campo

El «sinvivir» del campo S.N.T.

S.N.T. / A.O.

Jornaleros de la Campiña reconocen que no podrían vivir sin el subsidio porque apenas hay trabajo en los tajos

El anuncio de la bajada de las peonadas necesarias para poder cobrar el subsidio agrario de 35 a 20 supuesto para muchos aceituneros del campo de Baena con un cierto alivio, a pesar de que para muchos será complicado conseguirlas dado que los olivos apenas han dado fruto. Ante la escasez de cosecha esta campaña son muchos a los que les ha costado mucho conseguir tajo para esta temporada. José Luis Roldán, José Antonio Bujalance, Jesús Miguel Pérez o Manoli Mudarra son algunos afortunados que sí han encontrado donde trabajar, aunque no sin esfuerzo. José Luis agradecía la medida: «Si nos lo ponen más sencillo, mejor porque lo pasamos mal para apañar los días», comenta. Para José Antonio Bujalance el hecho de poder tener las peonadas para cobrar el subsidio agrario cuando no tenga trabajo en el campo le viene muy bien porque, asegura que «aunque vivo con mis padres, al menos no tengo que depender de ellos». Otro de sus compañeros, Jesús Miguel Pérez, respiraba con cierto alivio porque «supone la base de la economía de mi casa».

Manoli Mudarra, que trabaja en el tajo con una sopladora, era la más crítica con la decisión del Gobierno. Para ella la medida es «injusta» porque, según dijo, «las peonadas las han puesto de enero a junio y a partir de junio este año no hay cosecha ni para los de enero, ni los de junio, ni los de septiembre y octubre». Aunque prefieren trabajar todo el año, para todos el subsidio agrario supone «una gran ayuda». Jesús Miguel afirma que sin el subsidio le sería «imposible» mantener a su familia. «Tengo dos hijos estudiando fuera y hay que pagarle el piso, el transporte, los gastos de cualquier casa, además de las facturas y la hipoteca», afirma. En esta misma línea, lamenta que «todo es más caro y los jornales no suben al mismo ritmo». Asevera que «si no existiera esta ayuda tendría que haber fábricas ya que cada vez hay más maquinaria en el campo y menos jornales». Jesús afirma que «familias enteras subsisten gracias a esta ayuda». Manoli también ven la renta agraria como «necesaria» si no tendrían que recurrir a Cruz Roja para poder comer», apuntaba la aceitunera. José Luis comentaba que «esta ayuda puedo ir tirando un poco».

En Bujalance la situación es muy parecida. Jornaleros como José Antonio Navarro, de 47 años, creen que es «urgente hacer una importante rebaja de peonadas, de manera excepcional, porque no hay trabajo y que la próxima temporada volviera a las peonadas habituales». La situación es muy difícil porque «la mayoría de temporadas daban para 30 o 40 días, y este año, la media es de 10 o 12 días».

Muy pocas aceituna

No hay duda, la producción olivarera ha sido muy baja. Si antes un olivar daba 40 o 60 kilos ahora no llega a los 5 kilos. «No se recuerda nada igual, ni siquiera mi padre, de 86 años, dice que jamás vivió una campaña como esta», recuerda. Y lo peor es que, tras la aceituna, y comenta: «no hay más trabajo, por lo que el resto del año me dedico a la construcción en Córdoba y provincia. Para José Antonio, «este año ha sido muy duro, tras 30 años en el tajo, el poco dinero que gano ya lo tengo gastado en lo indispensable».

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