El patronato perdido
El PSOE ha propuesto la creación de una mesa de gestión para la Mezquita-Catedral cuando lleva casi treinta años sin reunir la de Medina Azahara, derogada «de facto» pero nunca «de iure»
El 21 de septiembre de 1981, el Boletín Oficial del Estado aparecía con buenas nuevas. Con la firma al pie del entonces ministro de Cultura, Íñigo Cavero (UCD), se promulgó el decreto 2.122/1981, promovido por el entonces responsable de las políticas culturales de la provincia de Córdoba, el canónigo archivero de la Mezquita-Catedral, Manuel Nieto Cumplido. Con ese acto oficial, se creaba el Patronato de Madinat al-Zahra (en adelante, Medina Azahara) con el objetivo «de la dirección, orientación y programación de los trabajos a realizar» en el yacimiento.
El patronato, creado previa deliberación del Consejo de Ministros, tenía dos órganos: una comisión ejecutiva —presidida por el gobernador civil pero sustancialmente técnica (cuatro de sus cinco miembros eran expertos en historia, arte y excavaciones arqueológicas)— y un pleno que presidía el ministro de Cultura. Dicho pleno contaba con tres vicepresidencias (el director general de Bellas Artes, el presidente de la Diputación y el gobernador civil). Como vocales, estaban, además de cargos diversos del Ministerio de Cultura, un representante de la entonces naciente Junta de Andalucía, el alcalde de Córdoba (Anguita agarró uno de sus seculares rebotes a cuenta de la presencia municipal en este organismo), el rector de la Universidad de Córdoba, los delegados de Cultura y Turismo más los principales técnicos del yacimiento.
Aquel patronato de Medina Azahara mantuvo su primera reunión, presidido por Soledad Becerril, el 4 de mayo de 1982. Consta en la prensa de la época que la actual Defensora del Pueblo aprovechó el viaje a Córdoba para asistir a la romería de la Virgen de Linares, a la que acudió vestida de gitana y a la grupa de un caballo. La que luego fue alcaldesa de Sevilla presidió en ese mismo viaje oficial la romería de la Virgen de Araceli en Lucena. 1982, como pueden comprobar, era año electoral aunque a UCD no le sirviese de gran cosa tanto trajín romero. El patronato quedó constituido y llegó a colocarse una placa de mármol en recuerdo de aquella fecha.
La construcción del estado de las autonomías tuvo en la cultura un hecho simbólico. El Gobierno de Escuredo, con una fuerte orientación andalucista, y el primer Ejecutivo de González, con una influencia enorme de Alfonso Guerra, negociaron la descentralización de competencias sobre monumentos a cara de perro. El poder andaluz necesitaba de iconos y el Gobierno no quería acabar siendo un convidado de piedra. La Alhambra de Granada fue el gran escollo, la obsesión. Se ha escrito que el vicepresidente del Gobierno se negaba a transferir por las buenas la propiedad monumental a las instituciones autonómicas recién creadas. Por eso se creó el patronato de la Alhambra. Sencillamente, el Estado nunca quiso desprenderse de la titularidad y solamente permitió que la intervención de la Junta se desarrollase sobre la gestión. El Archivo de Indias fue también piedra de toque. El Estado ha mantenido el control de su patronato nombrando a la mayoría de sus miembros como la Junta tiene la mayoría del de la Alhambra. La mitad más uno exactamente. Aún hoy, hay equipamientos culturales del Gobierno central que gestiona la autonomía como la futura Biblioteca de los Patos. La Mezquita-Catedral de Córdoba —como las sedes episcopales de Sevilla, Jaén o Málaga— nunca entró en las negociaciones a efectos de una presunta propiedad estatal.
El patronato de Medina Azahara dejó de reunirse a raíz de la transferencia de las competencias rubricada por Javier Solana, primer ministro de Cultura de González. La Junta tomó el control del yacimiento y aquí paz y después gloria. En 1989, aparece en el BOJA la creación de la actual figura administrativa de Medina Azahara. El presidente Rodríguez de la Borbolla ni siquiera se tomó la molestia de derogar formalmente el patronato. Lo ignoró y borró las pruebas, placa de mármol incluida. El PP, en 2007, intentó recuperar aquella figura. La entonces consejera, Rosa Torres, declaró que no tenía ninguna intención de compartir gestión alguna porque Medina Azahara era de la Junta.
La delegada a la Alcaldía y candidata del Gobierno de la Junta, Isabel Ambrosio, ha propuesto un patronato para la Mezquita. Que tenga capacidad de decisión y a ser posible a la voz de ya. IU le ha dado a la Iglesia tres meses de plazo so pena de no se sabe muy bien qué coerción. Si lo que querían era negociar, lo están disimulando estupendamente. Si lo que plantea la Junta es un conflicto de propiedad eludiendo los tribunales, van dados. Si todo esto es política partidista hasta que Susana Díaz decrete que ya vale con la broma, pues ahí tienen el ejemplo de Medina Azahara.
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