La crueldad del ser humano
Somos el único animal que puebla la faz de la Tierra que mata por matar. Ya bien sea por celos, envidia, odio, religión o por crueldad, los motivos son tan amplios que no me cabrían en estas líneas. Eso lo estamos viendo todos los días, mujeres asesinadas por sus maridos, sus parejas o ex, abortos por doquier, atentados, asesinatos a sangre fría, el elenco es tan amplio que es interminable. Y es que la crueldad del ser humano es tan infinita como el universo.
El otro día me mandaron una fotografía en la que se podía apreciar a dos pobres canes los cuales estaban ahorcados y colgados de la rama de un árbol. A su lado había dos jóvenes con sendos vasos en la mano y riéndose (seguramente eran los autores de esta gran hazaña). Como comprenderán, se me revolvió el estomago al ver la mencionada instantánea, al mismo tiempo que efectúe un comentario en dicha página sobre estos dos descerebrados.
Tenemos, así mismo, el ejemplo más reciente de la locura y crueldad con la que pueden actuar las personas, y me estoy refiriendo al atentado ocurrido hace unos días en una escuela paquistaní, en donde unos terroristas han asesinado a 132 niños a tiros. Tenemos la crueldad de dejar morir de hambre a miles y miles de personas a diario, sin que las grandes potencias y los poderes fácticos hagan nada para remediarlo. Tenemos la crueldad sin tener que salir de nuestro país, de dejar morir a enfermos de hepatitis C, porque el medicamento que los puede curar es demasiado caro para que lo financie la sanidad pública.
Tenemos la crueldad de la esclavitud, y que niños que tendrían que estar en la escuela están trabajando de sol a sol por un sueldo misero. Tenemos la crueldad de asesinar vilmente a un futuro ser humano, cuando todavía está en el vientre de su madre. Sí, tenemos esa crueldad y mucha más. Porque ella va innata en nosotros, sin excepción, y aquí no se salva nadie. Somos la máquina más perfecta y compleja que existe en el universo, pero al mismo tiempo la más imperfecta. De cada uno de nosotros depende que esa crueldad que todos llevamos dentro no salga nunca fuera.
