PRIMERA PLANA
LUIS CARRETO, UN EJEMPLO... A NO SEGUIR
El líder de CECO, que ahora tiene a la plantilla sin cobrar, es ya sólo el modelo de lo que no se debe hacer en una patronal
Del presidente de CECO, Luis Carreto, hasta ahora conocíamos que ha forjado un imperio de poder omnímodo sobre el empresariado cordobés; que le tiene un cariño sin igual a que le traten como una autoridad o que su carrera como líder de la patronal es más extensa que su menguante trayectoria de hombre de negocios. Lo que no sabíamos es que era un mal patrono. Sólo así se define a quien tiene a alguien un día tras otro y tras otro y tras otro... acudiendo a trabajar sin pagarle. Como desveló ABC, CECO no está abonando las nóminas a sus 21 empleados y a buena parte de ellos les debe salarios desde el verano.
Carreto y su hombre fuerte, el vicepresidente y secretario general, Antonio Díaz, se han quedado muy lejos de hacer honor a la condición de colectivo modelo para el resto de patronales o emprendedores. Sólo con la humildad y la transparencia en números rojos, se entiende que en la junta directiva de CECO del viernes ambos no incluyeran este problemón en el orden del día. Tuvo que ser un empresario el que se atreviera en el turno de ruegos y preguntas a romper el monopolio del silencio y del miedo que tan bien administra Carreto para dominar la patronal provincial —conocida es su habilidad para sacar del «staff» a quien discrepa—. Dicho empresario preguntó si era cierto que la plantilla llevaba meses sin cobrar. Díaz replicó de forma genérica que se debían nóminas y anunció una solución en breve gracias al ingreso por la Junta de dinero que le adeuda por los cursos de formación.
En CECO deben estar ahorrando... argumentos. Porque desde el viernes sus responsables no han vuelto a hablar, pese a que se dispara el déficit de credibilidad de su presidente y a que se espera luz y taquígrafos de una asociación que recibe o gestiona fondos públicos, vía convenios, ayudas... Es cierto que muchos menos que antes de estallar la crisis.
De todas formas tampoco cabía esperar mucho del líder de la patronal. Por ejemplo, él se negó en 2012 a abonar la parte que le correspondía a su colectivo del medio millón de deuda con el que se liquidó la Institución Ferial de Córdoba (Ifeco). Carreto no se detiene en esas minucias. Está concentrado en causas vitales para la economía de la capital como seguir mangoneando el Consorcio de Turismo municipal, aunque desde que IU se lo regaló en 2002 a CECO no haya puesto ni un euro para mantenerlo. La Intervención del Ayuntamiento, que le hará el trabajo al gobierno local, muy lento para poner las cosas en su sitio en el órgano de marras, al exigir el cumplimiento de la ley, ya le ha dicho: «No money, no party». Y no le ha gustado. No le agrada que le paren los pies. Supongo que tampoco le entusiasmará la conclusión a la que uno llega: que el líder de CECO ya sólo es el ejemplo de lo que no se debe hacer al frente de una patronal.