ESPERANZA AGUIRRE LEVANTA LA VEDA
Para el PP, una buena forma de empezar a recuperar el voto perdido, abstencionista o indiferente es designar candidatos allí donde más precaria es la continuidad de las mayorías actuales
ESPERANZA Aguirre se ha propuesto como candidata a la alcaldía de Madrid, sin dar más opciones a las interpretaciones ni a los rumores sobre sus intenciones políticas. Aguirre lo anunció ayer y confirmó que ya se lo había comunicado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Con este paso, Esperanza Aguirre pone al líder del Partido Popular ante la necesidad de tomar decisiones sobre los candidatos de su partido, antes de lo que le hubiera gustado, aunque los plazos de Rajoy suelen ser un misterio envuelto en un enigma, porque no responden más que a su peculiar manera de abordar decisiones complicadas. Estando en juego la posición de su partido en un momento político especialmente adverso, con las encuestas ofreciendo resultados muy inciertos para la formación de gobiernos municipales y autonómicos –y más inciertos aún para renovar el gobierno del país–, parece llegado el momento de que Rajoy cambie la táctica por la estrategia, si realmente quiere dar a este último año de mandato el impulso político que le ha faltado en los tres anteriores. Una buena forma de empezar la recuperación del voto perdido, abstencionista o indiferente de sus electores es designar candidatos allí donde más precaria es la continuidad de las mayorías actuales. Mariano Rajoy acostumbra a apurar los plazos legales, burocratizando en exceso la adopción de decisiones que son, ante todo, políticas.
Aunque el vicesecretario de Organización del PP se encargó ayer mismo de marcar los tiempos y de recordarle a Aguirre que es el partido el que decide el calendario, es hora de que el PP tome el pulso de su electorado, el que aún conserva y el que se ha puesto voluntariamente en cuarentena. Los candidatos, según sean su perfil y su trayectoria y según representen con mayor o menor fidelidad los valores que identifican al PP, constituirán un mensaje muy explícito de lo que Mariano Rajoy quiera hacer en los próximos meses. Será difícil armar un buen programa político de recuperación de apoyo ciudadano si tarda mucho en poner rostro a quienes deberán soportar el primer examen de esa recuperación, que tendrá lugar con las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo.
Los gobiernos autonómico y municipal de Madrid representan un campo de batalla ideológico de primer orden, donde concurrirán las fuerzas minoritarias que aspiran a dar cobijo a los votantes defraudados por el PP y las alternativas al liderazgo del PSOE en la izquierda. El compromiso para el Partido Popular es elegir candidatos dispuestos, sin reservas, a una confrontación de ideas con la izquierda, algo que resulta fundamental después de que el Gobierno de Rajoy se haya dedicado casi en exclusiva al terreno económico.