LA CERA QUE ARDE
A veces, vuelo
El aeropuerto es carne de hemeroteca cuando un informe europeo cuestiona su viabilidad
CUANDO alguien de Europa nos afea el gesto, ya no podemos colocar el flamenquín más largo de la Historia entre la torre de control y la parcela de los Sánchez. O los Jiménez. Hubiera sido bonito ampliar la pista para una salmorejada multitudinaria y multicultural. Salmorejo halal: y se nos llena de petrodólares la Gorgoja I y II y las balaustradas serían todas de mármol. Así que no sé porqué Europa viene a tocarnos los turbantes, ya que nosotros sabemos hacer las cosas como solo nosotros sabemos hacerlas, que es no hacerlas. Eso sí es una industria en sí misma, aunque con un elevado coste, ya que -y aquí los ecologistas tenían razón- sólo con la tinta y el papel de periódico que nos hubiéramos ahorrado con todos los acuerdos, conversaciones, líneas regulares fatuas, inundaciones, sistemas antiniebla, mesas aeroportuarias y exhibiciones acrobáticas de los últimos 20 años o más seguramente la selva tropical estaría igual que ahora, pero no nos dolería tanto la cabeza.
El aeropuerto es carne de hemeroteca cuando un informe europeo te asegura que la viabilidad del asunto está, como mucho, en construir en él otro centro de convenciones, que para eso sí que somos unos monstruos. Entonces, los políticos de la ciudad y la provincia, esos prohombres y promujeres, buscan en la hemeroteca a ver quién la tiene más grande, la pista de aterrizaje, quiero decir. Rosa Aguilar negoció pista de aterrizaje de carriolas con coste cero a cambio de que el ayuntamiento pagaba la ampliación de la zona de peroles y el Gobierno central se encargaba de las expropiaciones de la gente decente, que ya entonces decidió expropiarse en el extranjero o más allá de Despeñaperros, y conocimos la propuesta de Nieto de que lo que realmente hacía falta era un aeropuerto nuevo como los cuatro aeropuertos que por cabeza de ganado votante se construían en la España de entonces, que es la misma España de ahora, pero un poco más tiesa por pagar más aeropuertos que aviones. Ahora nadie dijo nada y si lo declaró, es que pasaba por ahí. La Mesa del Aeropuerto parece ser que se convertirá en La Mesa Gastronómica del Aeropuerto, suponiendo que ya no lo fuera antes, y se va a dedicar a fomentar las pernoctaciones halal, que no tienen nada que ver, advierto, con los comandos de pernoctación que sirvieron para capturar a Bin Laden.
De todas maneras, yo quiero realmente dejar de escribir de este asunto que está afectando a mi salud y a mi particular aerofobia. A veces vuelo, pero es de pura desesperación frente al círculo vicioso en el que se ha convertido el parcelismo político de la ciudad mágica. Desde el aire se observa cómo tenemos el flamenquín más grande de la eurozona. Y un equipo de fútbol en Primera que juega con el poder de la mente. Se trasladan a los estadios en espíritu. Por eso no necesitan un aeropuerto para volar, ergo la comisión europea de aeropuertos en vía muerta tiene más razón que un controlador aéreo que no esté en huelga o trabaje en el aeropuerto de Córdoba, donde, en realidad, no hay nada que controlar.