Objetivo: una plantilla de 22 guerreros
El Córdoba diseña el equipo con el que deberá luchar por la permanencia durante los seis últimos meses de Liga
Comienzan las vacaciones para los futbolistas y se acrecienta el trabajo de la dirección deportiva. La permanencia del Córdoba CF en la élite dejará de depender durante unos días de lo que ocurra en los terrenos de juego de Primera División. En las oficinas de El Arcángel ya se ha trazado una hoja de ruta: reducir la plantilla y aumentar la calidad de la misma en casi todas las líneas. Menos es más; para Miroslav Djukic y para la directiva, que comparte la idea del técnico. Incluso se extiende el consenso a las posiciones que deberán ser reforzadas.
El puzzle es sencillo de entender, aunque no tanto de completar. El Córdoba ha cubierto el tope salarial que le impone la Liga de Fútbol Profesional (LFP). Con una partida de apenas 300.000 euros disponible, se antojan imprescindibles las bajas de varios jugadores para poder fichar. Y estas salidas (en forma de cesión sin coste o de rescisión de contrato) deberán ser pactadas con los futbolistas, de forma que el club no tenga que pagar los sueldos de lo que resta de curso y, mucho menos, indemnizaciones por despidos. Así, la directiva dispondrá en el mercado invernal de tanto dinero como consiga liberar en las próximas fechas.
La puerta de salida ya se ha abierto para ocho jugadores. Havenaar, Matos, Gunino y López Garai podrían ser los primeros en atravesarla. Ninguno de ellos cuenta para Djukic y, además, ocupan demarcaciones que pretende reforzar la dirección técnica en invierno. El caso del delantero japonés se resolverá cuanto antes, algo crucial dados sus emolumentos (alrededor de medio millón de euros anuales). A la punta de ataque tendría que llegar un nuevo competidor para Ghilas, toda vez que ni Havenaar ni Xisco han rivalizado de forma real con el ariete argelino. De hecho, los dos han perdido su sitio, no ya en el once sino también en las convocatorias recientes de Djukic, que prefiere al canterano Florin como alternativa en el ataque.
El caso Xisco dará trabajo en Navidad a los negociadores cordobesistas. La nómina del balear resulta inasumible dadas las circunstancias: el Córdoba necesita el dinero para fichar a otro delantero que entre en los planes del entrenador. Pero al todavía «9» blanquiverde le resta una temporada y media de contrato con el club a razón de unos 700.000 euros anuales. Una patata caliente y, al mismo tiempo, una operación vital para desbloquear la puerta de entrada. «Antes de entrar, dejen salir». Se cumplirá a rajatabla.
Carlos González, presidente califal, ya ha asegurado que el Córdoba liberará un millón de euros en bajas. Pero, si todo sale de acuerdo a los planes del club, la cifra podría elevarse. Porque, a los Havenaar, Matos, Gunino, López Garai o Xisco, también podrían sumarse Caballero y López Silva, otros dos futbolistas con contrato en vigor por varias campañas. Una limpieza a fondo de la que, en principio, casi nadie está a salvo. Y menos después de la rueda de prensa ofrecida por Djukic en el Camp Nou.
El Córdoba se plantea dar hasta nueve bajas, con la idea de incorporar entre tres y cinco futbolistas, en función de las posibilidades. ¿Lo imprescindible? Un lateral izquierdo, un organizador y un delantero. Pero también podrían llegar un interior o un central polivalente. En el seno del club, se trabajaba ya desde hacía algunas semanas en el diseño de una plantilla de 22 futbolistas. Lo pidió sin tapujos, en la sala de prensa de El Arcángel, el técnico, Miroslav Djukic, que lamentó tener que trabajar con tantos efectivos. «Me resulta violento tener que dejar a un lado a algunos profesionales», argumentó al respecto.
Pero a la famosa reducción de nóminas se le unió el sábado una nueva premisa para quienes se encargan de ojear y negociar con los posibles refuerzos. También procedía del banquillo. Djukic quiere «guerreros», aunque todavía queda por ver hasta qué punto condicionan las palabras del entrenador el criterio de Pedro Cordero y Cándido Cardoso, como primeros espadas de la dirección técnica. El momento de foco mediático, tras el partido frente al Barcelona, y las formas, viscerales, elegidas por Djukic han generado un clima extraño. Con las vacaciones de Navidad de por medio, la situación real del vestuario (especialmente, en lo que respecta a su relación con el entrenador) se conocerá con mayor detalle a partir del día 28, fecha en la que se reanudarán los entrenamientos del primer equipo.
Para entonces la «Operación Salida» podría haber comenzado. La difícil adaptación de Havenaar al fútbol español facilitará el retorno del japonés a ligas en las que todavía mantiene su estatus de internacional. Y, en el caso de Ryder Matos, la solución para el Córdoba pasaría por devolver al brasileño a la Fiorentina, club que lo cedió en verano a los califales. Para cubrir el vacío que dejarán estos hombres en la vanguardia, cobró fuerza en las últimas fechas el nombre de Javi Guerra, actualmente en Cardiff, aunque sin minutos. En total, si sale también Xisco, se producirían tres bajas y un alta en la delantera.
La proporción sería de uno a uno en los laterales, aunque implicaría un cambio de posición para Crespo, que debería asentarse en la derecha tras la marcha de Gunino. Así, se busca un lateral zurdo para acompañar a Pinillos; mientras que Campabadal y Crespo ocuparían el costado diestro.
En el centro del campo cobrará importancia «el cuchillo entre los dientes» que reclamó Djukic. El Córdoba, que no cuenta en Primera con Caballero y López Silva, necesita un creador de juego. Pero este hombre no podrá estar exento de trabajo táctico y defensivo. El club busca un todoterreno para una medular en la que, para compensar las múltiples salidas, baraja también la incorporación de un jugador de banda, a ser posible, la izquierda. Si se marchan cuatro, llegarán dos. ¿Condiciones imprescindibles? La «agresividad» y, por exigencias numéricas, la polivalencia; una característica que ha asentado a Deivid y que también buscará la secretaría técnica en la posible llegada de otro central.