El Gobierno abre la restricción al ganado por la lengua azul
Asaja Córdoba asegura que el vacuno de carne ha sido el sector más maltratado por los altos costes de alimentación
La restricción para los movimientos de ganado por los casos de lengua azul se ha acabado. La bajada de temperaturas en la provincia hace que la enfermedad no se transmita entre animales, por lo que las granjas que se han visto afectadas por la aparición de la lengua azul pueden volver a mover y vender sus animales sin ningún tipo de prohibición. «Se ha levantado la restricción porque cuando bajan las temperaturas el mosquito que transmite la enfermedad desaparece y esta no es contagiosa. El vector muere y, por esta razón, la lengua azul no se transmite. El mosquito es la única forma en la que la enfermedad se propaga», explicó José Luis Villafuerte, técnico veterinario de Asaja Córdoba.
Esta noticia, que ha sido muy bien acogida por el sector ganadero de la provincia, llega después de que la propia patronal de campo anunciara que las pérdidas por la restricción y por la falta de vacunas habían alcanzado en Córdoba los 37 millones de euros.
La patronal denunció en el mes de noviembre que, mientras que en otras comunidades autónomas se estaba vacunando, la falta de tratamientos en Andalucía estaba llevando a los ganaderos a situaciones complicadas.
Falta de vacunas
«Gran parte de la culpa de lo sucedido hasta ahora en el sector ha sido de la falta de vacunas, ya que las ganaderías no han podido ser acreditadas al no estar libres y no han podido vender sus terneros», recordó Villafuerte. La patronal agraria señala a la falta de vacunas como uno de los principales causantes de las pérdidas en las explotaciones originadas por el mantenimiento de la actividad sin poder vender el resultado.
Según las postulaciones de Asaja Córdoba, sólo 7.000 vacunas llegaron a las ganaderías cordobesas y esta escasez hizo que se pidiera un plan de acción, por parte de Asaja Córdoba, para superar la crisis en la que estaban inmersos los ganaderos de ovino y bovino de carne de la provincia. Ante este oscuro panorama, los ganaderos se vieron obligados a esperar que el Gobierno declarara la zona como libre de la enfermedad a causa de la desaparición del mosquito que la propaga.
«Se ha declarado a Córdoba zona estacionalmente libre. Desde el 15 de diciembre y a causa de las bajas temperaturas si hubiera enfermedad no se transmite», añadió José Luis Villafuerte. Ahora los ganaderos no tienen que esperar a la llegada de unas vacunas, que en parte han dejado de fabricarse, ya que la apertura que ha decretado el Ministerio de Agricultura permite que se pueda vender el ganado, pese a que la explotación haya tenido algún positivo dentro de su cabaña.
«Es una buena noticia en el plano económico. Los ganaderos ya pueden vender. El principal problema es que no ha habido vacunas para el serotipo 4. En Córdoba hemos tenido serotipo 1 y serotipo 4. Hemos podido tratar el ganado que estaba afectado por el serotipo 1, pero no el que desarrollaba la enfermedad por el serotipo 4», explicó el veterinario de Asaja, lo cual produjo aislamiento en las ganaderías afectadas, que no han podido vender sus corderos y terneros hasta e levantamiento de las restricciones.
Una noticia que llega en un buen momento para los sectores afectados, ya que suelen ser meses de buenos precios. El ovino se encuentra en la mejor época de año para su venta, ya que es a finales de año cuando el cordero suele disparar su precio por el consumo nacional. En esta fechas los precios del cordero mejoran considerablemente y ahora están es su techo de 74 euros la canal de 23 kilogramos. «La apertura a poder comerciar no tiene por qué mejorar los precios del cordero. Puede ser una de las cosas que contribuya, pero no es determinante», explicó Villafuerte. Los precios bajarán a primeros de año, aunque tras los últimos movimientos de concentración de cooperativas se sostienen todo el año por la exportación.
Por otro lado, la liberación del mercado va a conllevar la eliminación de una carga para los ganaderos de bovino de carne afectados por la enfermedad, ya que hasta el momento no podían vender sus terneros y esto incrementaba los costes dentro de las explotaciones.
Las lonjas marcan que los terneros procedentes de ganaderías afectadas vendan sus terneros a unos 400 euros cada cabeza, un precio menor al de los terneros que no proceden de ganaderías afectadas y unos 100 euros menor al de hace un año, según las actas de las lonjas. «La venta ha estado parada. Lo más grave ha sido la situación por la que han atravesado las ganaderías de bovino afectadas. Los costes han subido al no poder vender sus terneros y tener que cebarlos en sus granjas. Ha sido una situación muy dolorosa para los ganaderos de bovino, ya que no han tenido forma de dar salida a su ganado hasta ahora», dijo el veterinario.
«Ahora va a haber una válvula de escape para las explotaciones que han estado afectadas y que no han podido conseguir acreditación para mover su ganado», aseguró Villafuerte, quien recordó que a partir de ahora la liberación de la restricción supondrá una «bombona de oxígeno para los ganaderos». «Desde que se levantó la restricción para los movimientos se ha incrementado de una forma considerable el número de terneros que se han vendido», añadió.