Las dos agendas de Susana Díaz en su encuentro con Mariano Rajoy

La presidenta lleva hoy a su cita en la Moncloa las demandas de Andalucía y los debates pendientes entre el PSOE y el PP sobre el modelo de Estado

STELLA BENOT

La clave es su lealtad. Y esa ha sido una de las principales razones por las que Mariano Rajoy la ha elegido como interlocutora del principal grupo de la oposición pasando por encima del secretario general del PSOE federal y de los diferentes portavoces que tiene en las cámaras. Por eso y porque sabe que Susana Díaz no es sólo la socialista con más poder institucional en España —como su propia gente se encarga de recordar— sino, sobre todo, porque es la socialista con más poder.

La reunión que ambos líderes van a celebrar esta tarde a las 5.30 en la Moncloa tiene un contenido más allá del que ya se ha hecho público. Susana Díaz va a presentarle al presidente un listado de proyectos, en su mayoría de infraestructuras, para que sean financiadas con cargo al «Plan Juncker» de la UE. Entre las demandas que lleva en su carpeta, claves para afrontar 2015 con alguna perspectiva de obras públicas, recoge actuaciones prometidas por el expresidente Manuel Chaves hace décadas.

Pero Susana Díaz también lleva una segunda agenda que incluye sus propuestas para un cambio de modelo de las relaciones entre el Estado y las Comunidades Autónomas, medidas que no necesitan de la reforma de la Constitución, un debate del que el presidente del Gobierno no quiere ni oír hablar y que la presidenta andaluza no va a plantear. Su caballo de batalla es el modelo de financiación. Así, solicitará al presidente del Gobierno que los créditos con cargo al plan Juncker no computen como tales en el cálculo del déficit, además de proponerle un nuevo modelo de financiación autonómica. Y todo desde su discurso españolista. Susana Díaz argumenta que todos los españoles deben recibir los mismos servicios públicos, vivan en Zaragoza, en Sevilla o en La Coruña y por eso le va a plantear a Rajoy que las transferencias del estado se calculen en función del coste promedio de los servicios públicos (número de alumnos por clase, dispersión de la población, índice de envejecimiento).

En este mismo concepto de solidaridad entre todos los territorios de España, Susana Díaz también planteará que el Consejo de Política Fiscal y Financiera que se celebra mañana martes 23 de diciembre, acuerde conjuntamente un nuevo reparto de los fondos del Estado y que el interés que las comunidades pagan por el Fondo de Liquidez Autonómico, (FLA) sea cero.

Los socialistas están también preocupados por la Ley de Dependencia. Consideran que el principal legado de Zapatero —para algunos del propio PSOE, el único— se está desvirtuando y piden el esfuerzo del Estado en su reactivación ahora que se está superando la crisis. Susana Díaz asegura que la ley establece una cofinanciación al 50% entre ambas administraciones y que ésta debe cumplirse.

Total discreción

La presidenta andaluza ha preparado este encuentro con Rajoy con total discreción y de manera concienzuda. La prueba de que va a negociar en nombre del PSOE es que ni siquiera ha consultado con sus socios en el Gobierno andaluz los principales temas a debatir, aunque sí es cierto que en Izquierda Unida están informados de sus intenciones respecto al plan Juncker. Unas cautelas que han sentado muy mal en Ferraz, donde tampoco conocen el contenido de la reunión ni han sido consultados al respecto.

El panorama en el PP andaluz es similar. Tampoco han trascendido los detalles del encuentro entre la presidenta andaluza y Mariano Rajoy y ello a pesar de que el pasado sábado todos los presidentes provinciales del PP tuvieron una reunión en la sede regional de los populares en la calle Génova con su secretaria general, María Dolores de Cospedal.

Pero Susana Díaz también lleva su contraprestación al presidente del Gobierno. Lo ha apoyado en todos los frentes abiertos con Cataluña —lo que no ha hecho Pedro Sánchez— y trabaja codo a codo con él en todos los asuntos de política exterior. La presidenta andaluza no sale de España a visitar Portugal o Marruecos —sus últimos destinos internacionales— sin que todos los detalles estén visados por el embajador de España en dichos países. De hecho, el único ministro que ha pisado el despacho de la presidenta de San Telmo ha sido José Manuel García Margallo, quien acudió a visitarla recién nombrada presidenta y con el que mantiene una fluida relación. Relación que es importante para el conjunto de España por la activa política de cooperación de Andalucía con Marruecos y por el trabajo conjunto que se realiza respecto a Gibraltar.

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