Una precisión teológica cantada
MIGUEL RIVILLA SAN MARTÍN nos escribe desde Alcorcón para hacer una precisión «de corte teológico y literario», que califica como unos de esos «gazapillos que se les escapan a los redactores». Un «buen amigo» le ha hecho llegar que en una crónica sobre la fiesta religiosa del 8 de diciembre se denominó «Santa Inmaculada a la Madre de Dios», lo que a su juicio es una incorrección. «María es la Reina de todos los santos y así lo reconoce el pueblo cristiano, desde hace siglos», afirma. Y se arranca don Miguel seguidamente con el estribillo de la «Salve a María» como prueba asentada en tradición litúrgica cantada: «Salve, salve, cantad a María, que más pura que Tú sólo Dios. Y en el Cielo una voz repetía, más que Tú sólo Dios, sólo Dios». Para este lector y para su amigo la conclusión es evidente: «María es y está por encima de todos los santos».