¿El Cabildo mete la pata?
Más allá de los derechos históricos de la Iglesia sobre la Mezquita-Catedral y mucho más allá de la legalidad o no de las inmatriculaciones de la Ley Hipotecaria, existe el sentido común, y el cabildo cordobés no está dando pruebas de él. Toda la vida de Dios, tanto en Córdoba como en la mayor parte de España, al monumento cordobés por antonomasia se le ha llamado preferentemente Mezquita, aunque también se utiliza el término Mezquita-Catedral. Lo que es indudable es que nadie o casi nadie se refiere al monumento solo con el nombre de Catedral. Se ignora si IU y toda la izquierda en general, hubiera manifestado esa misma «ansia depredadora» del monumento de no haber metido el cabildo la pata con el cambio de nombre, pero desde luego se lo han puesto en bandeja. Dan igual los derechos históricos o las inmatriculaciones, la mezquita seguirá siendo Mezquita o Mezquita-Catedral, por mucho que se empeñen en cambiarle el nombre. ¡Pero si la Mezquita es casi tan antigua como la taberna del mismo nombre que había enfrente y que cerró en los años 90 del pasado siglo, famosa por sus boquerones en vinagre! La sorna cordobesa cuenta que el personal le decía al propietario, «maestro, que suerte tuvo usted de que le pusieran la Mezquita enfrente», a lo que el tabernero contestaba, «gracias a mi cuñado Abderramán».