CRÓNICAS DE PEGOLAND
EN ESTO CREO
Google News o pantallas verdes. Herramientas del oficio que van y vienen. Mutatis mutandis
EN este 2014 que llega a su fin, este que les escribe ha alcanzado un cumpleaños íntimo. Un día cualquiera de hace justo 20 años, el que antefirma tuvo la idea de poner los pies en un periódico por primera vez. Eran momentos distintos. No teníamos página web, ni correo electrónico (el primero que se puso estaba en un solo ordenador para toda la redacción) y la impresión se realizaba a dos tintas, negra y roja. Guardo un maravilloso recuerdo de los grandes amigos y maestros que tuvieron a bien enseñarme el oficio, muchos de los cuales siguen en el «rock and roll». Entonces, no había redes sociales ni programas de chat en el móvil. A la gente se la llamaba al bar tras convencer a la suegra de que te diese el nombre del sitio donde el fulano se estaba tomando un Larios. Las crónicas se dictaban desde cabinas telefónicas. Las pantallas de ordenador eran verdes y había una legión de personas trabajando en un sector industrial, el de la prensa y los medios de comunicación.
El primer día que tuvimos en la mano una página de periódico en color, abrimos los ojos como platos. Era una foto de Indurain en una portada falsa producto de unas pruebas de imprenta. Aquello era el no va más. Qué equivocados estábamos. La renovación tecnológica iba a ir más allá de las posibilidades de imprimir más y mejor generando una eclosión de herramientas. La forma de presentar el periodismo ha sufrido una enorme mutación, que ha modificado hábitos y costumbres. Hasta horarios, cada vez menos nocturnos por desgracia. Pero la esencia sigue intacta. Contar historias medianamente bien escritas, interesantes, para que el lector esté informado o pase un rato mientras se come la tostada. En muchos casos, con los escasas posibilidades que proporciona un alambre y una guita. Y rápido. Cada vez más.
He escrito en los tres medios impresos de Córdoba —todos ellos con presencia ya activa en la red—, una ciudad que tiene el enorme privilegio de contar con un sector plural en contenidos y formatos. Nos hemos dejado jirones de piel por el camino en forma de una cantidad enorme de despidos. Y nunca fuimos ni tan guapos como quisimos ser ni tan mala gente como decían que éramos. Pero se están haciendo cosas bien interesantes en un proceso de aprendizaje por ensayo y error. Recuerden que solamente falla quien hace algo. El gurú, el experto en nada, rara vez yerra porque su trabajo es asistir con gesto de sabiduría a las equivocaciones ajenas.
Creo, profundamente, en algo a lo que he dedicado exactamente media vida. Con pantallas verdes, Google News, rotativas, digitales o a voces en las Tendillas si hace falta. Con grabadoras de cinta, redes sociales, pagando o de gañote. Porque eso son canales, herramientas que caducan por otras. No son lo esencial del periodismo. Quien quiera estar informado, lo estará. Porque hemos ganado diversidad, colores, posibilidades, formas y sitios para dar a conocer lo que contamos. Y ahora, fíjense qué triunfo más estrepitoso, lee noticias más gente que nunca.