La salida de la crisis

MANUEL VILLEGAS RUIZ

Por mi formación humanística la esperaba, como se dice en lenguaje coloquial, como al agua de mayo. Soñaba con una democracia como la ateniense que, con todos sus defectos, y los tenía, cuando un político no cumplía sus promesas o defraudaba a sus conciudanos, el pueblo reunido en asamblea (ekklesía) ponía el nombre del político en un trozo de recipiente de barro o en ocasiones en la concha de una ostra (otracón, en griego, de ahí ostracismo) y, si se contaba con el número suficiente de lo que hoy llamamos votos, el encausado era desterrado de Atenas entre diez años o de forma permanente por ser persona incómoda para las instituciones, aunque a veces podía redimirse y volver a la ciudad.

Estos tiempos son otros. Los políticos en sus programas prometen todo lo que quieren y luego cumplen lo que les viene en gana y, si cometen tropelías, son corruptos o defraudan al pueblo, al final del mandato se les otorga un retiro dorado con suculentos sueldos que les dan para vivir como auténticos potentados.

Recientemente Mariano Rajoy ha dicho que se puede considerar que la crisis ha pasado a la historia. Palabras acertadas para unos y un insulto para otros.

No soy economista, sólo entiendo de la administración de mi casa, pero considero que la gestión de un gobierno es lo mismo que el trabajo de gobernar una casa, pero con millones de habitantes.

Cundo el PP ganó las elecciones, se encontró las arcas de los dineros, no sólo vacías, sino con telarañas y con deudas desorbitadas que casi estuvieron a punto de que España fuese rescatada.

Para que un ciudadano pueda sacar adelante su casa que se ha quedado arruinada, lo primero que tiene que hacer es recobrar su crédito, acopiar dinero y posteriormente hacer frente a las deudas y darles de comer a sus hijos.

Repito que no soy economista, pero pienso que esto es lo que ha estado haciendo el actual Gobierno. Los grandes números, nadie lo niega, están siendo favorables.

Lo que no entiendo es que los que nos metieron en la ruina y pusieron a España al borde de la quiebra no lo reconozcan y no admitan lo poco o mucho que está haciendo bien. Esto indica que todos los políticos sólo buscan su bien y el de su partido y no el de los ciudadanos. Tampoco entiendo cómo el partido gobernante no ha sabido explicar a los habitantes lo que está haciendo y el por qué.

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