El Lucena deja de entrenar por los impagos y AFE sugiere que entrene

Los jugadores del Lucena no aguantan más. Los continuos impagos de la junta directiva provocaron ayer una medida drástica. Tras un acuerdo unánime, la plantilla decidió plantarse y no realizó el primer entrenamiento de la semana. Aunque en un principio la intención era prolongar el paro hasta que los rectores solventaran al menos una parte de la deuda contraída —los futbolistas sólo han cobrado las mensualidades de agosto y septiembre—, la recomendación de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) es que reconsideren su postura. Fuentes del sindicato manifestaron a ABC Córdoba que lo más conveniente es seguir desarrollando la labor profesional ya que de lo contrario el club podría adoptar medidas. Por lo tanto, sugieren utilizar otros mecanismos como la formulación de denuncias.

Con este panorama, ninguna posibilidad se descarta para el día de hoy. Los profesionales prefieren evitar las manifestaciones públicas y apuestan por asumir las indicaciones de la AFE. Por el momento, las presiones se ejercerán de forma interna y no se anunciará públicamente ninguna huelga. Sin embargo, es factible que en los próximos días los futbolistas comparezcan ante los medios y lean un comunicado detallando su situación. Asimismo, tampoco se rechaza alguna protesta durante el partido del próximo domingo contra La Roda.

Globalmente, y de acuerdo a las informaciones que se proporcionan desde dentro del club, existe «peligro de desaparición». Aparte de la deuda con el plantel, que a final de diciembre ya ascendería a 70.000 euros, existen otros compromisos incumplidos. Por ejemplo, los que afectan a la empresa que presta el servicio de transporte —alrededor de 4.000 euros—, en los recibos arbitrales y, sobre todo, el aplazamiento con la Seguridad Social.

Hace justo dos semanas, cuando los administradores de la entidad destituyeron a Juan Arsenal, Javier Martí Asensio, vicepresidente y director general, le aseguró a la plantilla en un tenso encuentro que recibiría una parte del dinero que se les adeuda en quince días. Otra promesa en vano. Desde aquel momento, los contactos entre los futbolistas y sus jefes han sido inexistentes y ya sólo aceptarían una solución tangible.

El salvavidas que aguarda el tándem formado por Bouzón y Martí es una subvención municipal que, como muy pronto, se transmitiría en febrero. Por lo demás, los «frentes abiertos» a los que suelen aludir ante los jugadores siempre se han evaporado. El siguiente capítulo proyectado podría ser el concurso de acreedores.