Ignacio Camacho, premio Miguel Delibes de Periodismo
Galardonado por el artículo «Almendras amargas», publicado en ABC tras la muerte de García Márquez
Como un «privilegio» acogía ayer el periodista Ignacio Camacho la noticia de que acababa de ser galardonado con el XIX premio de Periodismo Miguel Delibes por el artículo «Almendras amargas», publicado en ABC tras la muerte del escritor Gabriel García Márquez. Más allá del «orgullo» por la distinción y el «agradecimiento especial» al jurado, Camacho destacaba «el honor» que supone recibir un reconocimiento «bajo el amparo y la vocación» de «dos maestros y referentes de las letras y el periodismo universal».
La satisfacción del también premio Mariano de Cavia 2010 es «doble», porque el galardón gira en torno al uso del lenguaje «y uno intenta, más allá de lo atinado de sus opiniones, expresarse en un lenguaje correcto y adecuado porque ésta es la herramienta clave del periodismo con la que tratamos los hechos».
Magisterio del idioma
El columnista de ABC reconoce que cuando escribió el artículo galardonado pensó que «estaba un poco mejor que los demás», también porque «solo de vez en cuando –como en este caso– hago incursiones de carácter más literario o sentimental». Además, Camacho supuso que «encajaría» con la convocatoria del premio «porque también hablo un poco de la superficialidad con la que las redes sociales y los medios habían afrontado la noticia de la muerte de García Márquez, a base de etiquetas siempre escasas ante su talento», para luego centrarse «en el magisterio del idioma que tenía el escritor». Al respecto, consideró que los españoles «deberíamos estar más atentos a cuidar nuestro gran patrimonio cultural, que es el idioma» y concluyó que «las nuevas formas de expresión a través de las redes sociales, la plataformas de internet –entre otras–, están sometiendo al idioma a mucho desgaste». Ante esta situación, «quienes tenemos la responsabilidad de escribir en medios de comunicación de masas estamos ante la obligación de hacer un esfuerzo de ejemplaridad en el uso del castellano».
Sin soluciones mágicas, el columnista sostuvo que «todo lo que sea fomentar la lectura y la escritura es positivo para la formación general de los españoles, porque un pueblo que se expresa bien es un pueblo que piensa bien». Sin embargo, «quizás se echa un poco en falta en España el gran nivel de expresión escrita y oral que sí se alcanzan en los sistemas educativos que triunfan».
Sobre las columnas diarias que publica en ABC, las escribe «siempre» como si fuera «el primer día». Aunque «el oficio amansa», admite que «el vértigo de la pantalla en blanco sigue siendo el mismo y así debe de ser». En su opinión, el «buen articulista» tiene que enfrentarse a cada texto «con la ilusión y la energía del primero, como si se estuviera estrenando cada día». Reconoció que en la actualidad existe «una cierta inflación de opinión en los medios audiovisuales», que en el caso de la televisión «se convierte en espectáculo».
El galardón fue concedido por un jurado formado por Manuel Erice; subdirector de ABC; los también periodistas Iñaki Gabilondo y María Ángeles Sastre Ruano; el director de Comunicación de la Fundación La Caixa, Jesús N. Arroyo; Eduardo Álvarez, director general de Rtvcyl; la presidenta de la Fundación Miguel Delibes, Elisa Delibes; y el presidente de la Asociación de la Prensa de Valladolid, Jorge Francés.