Amaño ligueroQue cada palo aguante su vela
Hasta los futbolistas, héroes de la afición y teóricos del juego limpio, van a desfilar por los juzgados de una España en cuyas prisiones se hospeda incluso alguna folclórica de tronío. Al fondo hay sitio. Las trampas de una época marcada por la mentira y la distracción se tienen que aclarar para que la sociedad pueda volver a confiar no solo en sus instituciones, sino en lo que fueron sus ídolos, hoy caídos.