DESDE MI RINCÓN
El todo por la parte
Se me antoja que el debate de si Catedral o Mezquita-Catedral es sólo la excusa para desprestigiar de manera mezquina y miserable a la Iglesia Católica
EN democracia cada cual puede pensar como quiera, sin más limitación que el respeto a las reglas que los humanos hemos reconocido para convivir pacíficamente. Esos límites no son otros que el respeto a las minorías y a los derechos de la persona. Cuando se olvidan esos límites y se imponen cargas u obligaciones injustas e intolerables a determinados colectivos, minando la libertad o dignidad de esas personas se sobrepasan las fronteras que marca la democracia, entrando de lleno en una dictadura con apariencia de legalidad. Lamentablemente este saltarse las limitaciones se está poniendo de moda en países de nuestro entorno. En España, con frecuencia, aceptamos comportamientos que no deberían admitirse. Hablemos de ello.
En Córdoba se ha abierto un debate que innecesario y, por mal explicado, incomprendido, daña los sentimientos de muchas personas que preferimos callar para no dar pábulo a quienes no lo merecen. Me refiero al monumento Mezquita-Catedral. Desconozco si lo que se pretende es que el monumento más importante de Córdoba se denomine de una determinada manera o lo que realmente se debate es su propiedad o gestión. He acudido a diversas fuentes y de cada una he sacado consecuencias diferentes de lo que se busca. Esto me lleva a pensar que el objetivo puede ser cosa diferente de lo que aparentemente parece. Se me antoja que la Catedral o Mezquita-Catedral, es sólo la excusa para desprestigiar de manera mezquina y miserable a la Iglesia Católica. Y he dicho mezquina porque lo primero que hay que decir es que la Iglesia es algo muy diferente a un obispo, un sacerdote o a unos miles de católicos. Confundir esto conscientemente es algo que merece, siendo benigno, semejantes calificativos ¿Qué dicen ellos cuando un «chorizo», miembro de su partido o colectivo, es juzgado y condenado? Salen todos sus compañeros a defender al colectivo diciendo que es un elemento y sólo uno el que se ha saltado las reglas de la ética y la honradez, exigiendo respeto para el resto. ¿Por qué entonces cuando hay un caso deleznable en un miembro de la Iglesia, se acusa abierta y públicamente a toda la Iglesia de semejante falta? ¿No es cierto que hay determinadas localidades en España en las que los ataques indiscriminados a la Iglesia y el acoso a los católicos se están haciendo frecuentes? ¿No es verdad que se han violentado en alguna Universidad actos religiosos de católicos?
Nada surge en la vida si no se siembra. Córdoba reclama siembra de buenos productos para construir un futuro mejor que el que tenemos. Que por culpa de unos ambiciosos y torpes personajes, Córdoba sirva como campo de experimentación para la siembra de enfrentamiento y odio, nada bueno nos traerá en el fututo ¿Es que nunca aprenderemos a buscar los intereses de Córdoba?