El Gobierno no tendrá que devolver la financiación del aeropuerto
El Tribunal de Cuentas hace público hoy el documento final, que no supondrá modificaciones en el sistema de financiación realizado
EL Tribunal de Cuentas de la Unión Europea presenta hoy, por medio de George Pufan (miembro del órgano auditor comunitario), el informe adelantado por «Der Spiegel» que pone el dedo en la llaga sangrienta del enorme gasto realizado por las arcas comunitarias en la reforma o ampliación de aeropuertos en cinco países miembros y que afecta de lleno al proyecto realizado en Córdoba, cuya puesta en uso es aún una incógnita.
El tono del documento ya se sabe y es que la investigación ha determinado que, al menos, cuatro de los cinco países investigados han estado sobredimensionados. Lo que se tiene menos claro a estas alturas son sus consecuencias.
El titular de Der Spiegel lo dice todo. «Uber den Wolken», escribe el semanario. Traducido, «por encima de las nubes». Y el subtítulo, al menos, el que aparece en la edición «on line»: «Despilfarro: el Tribunal de Cuentas critica las ayuda a los aeropuertos regionales». Los países escrutados han sido España, Grecia, Estonia, Italia y Polonia. Y la mayor parte de ellos, aunque especialmente España, han sobredimensionado las obras en aeródromos regionales de estas características que ahora están condenados al desuso.
Estrategia económica
Fuentes comunitarias explicaron ayer que el efecto inminente de este tipo de informes es más político que contable. La Comisión Europea puede tomar una amplia panoplia de medidas aunque la mera emisión del documento no implica poner en crisis las ayudas recibidas. Sí implica una cuestión política de fondo: va a ser muy complejo que, en futuros escenarios, España vuelva recibir dinero tan alegremente para cuestiones como éstas. Los informes de auditoría del Tribunal de Cuentas tienen un mayor efecto sobre planificación de políticas futuras que sobre expedientes en marcha, que se considera dinero gastado.
Mal gastado, según lo que se sabe del informe, y que al no haber sido presentado oficialmente —lo es hoy a las once, hora de Bruselas— ha motivado silencios como el de AENA, que ha decidido esperar hasta contar con la literalidad del documento que pone el foco sobre 20 aeropuertos regionales de los cinco países reseñados. El Tribunal de Cuentas de la Unión Europea ha establecido cuatro criterios básicos que son los que ha sometido a estudio. En primer lugar, si las obras eran necesarias. En segundo, si se terminaron a tiempo y dentro del presupuesto. Además, se ha indagado si se terminaron a tiempo y, en último estadio, si el dinero ha contribuido a mejorar el servicio.
El de Córdoba no cumple las tres cuestiones objetivas. Las actuaciones no llegaron a terminarse porque el dinero no alcanzó para el soterramiento de una línea de alta tensión. El decremento señalado en el informe del tráfico de pasajeros asciende al 29 por ciento. Por último, el aeropuerto tiene en estos momentos menos horas de servicio y el precio de las expropiaciones acabó disparado. Si era necesario, cuando comenzaron las obras no hubo ninguna voz del arco político que se opusiese, salvo el PP que reclamaba uno nuevo más grande.