Denuncian al presidente del Calahorra como agresor del árbitro de 15 años

JOSÉ M. DOMÍNGUEZ

El agresor del árbitro de 15 años que pitó el Salvador Allende-Calahorra CF de cuarta categoría provincial alevín no fue F. J. A. P., como recogió el menor en el acta. Durante el día de ayer, tanto el trencilla, como los responsables del Colegio de Árbitros y la Federación Cordobesa de Fútbol señalaron a Francisco Montes, presidente del Calahorra CF, como autor de un puñetazo por el que fue denunciado a primera hora de la tarde.

Los nombres de las fichas que los responsables del conjunto visitante entregaron al colegiado del encuentro no se correspondieron con los integrantes reales del banquillo; algo que confundió al árbitro y le hizo señalar en el acta, como autor del puñetazo, a F. J. A. P., técnico del conjunto infantil del Calahorra CF, que ni siquiera estuvo presente en el campo de fútbol de Fátima donde se disputó el partido.

El lugar de este entrenador lo ocupó, presuntamente, el presidente del club, Francisco Montes. Un «personaje conocido en el mundillo por otros incidentes similares», según comentó a ABC Pedro Benítez, delegado provincial del Colegio de Árbitros Andaluz. «Aquí nos conocemos todos, y éste era de los problemáticos».

La solución para que cese la violencia en el fútbol pasa por los propios protagonistas del deporte y por los dirigentes de sus organismos. Así lo entiende Benítez, que aseguró que antes de comenzar la presente temporada expulsó del colegio arbitral «a los dos compañeros más conflictivos». «Si todos hiciésemos lo mismo, esto sería una balsa de aceite», recalcó, aunque tiene claro que, para arreglar las cosas, «lo primero es querer». «Pero no sólo pasa por los árbitros; también por los clubes y las propias familias», argumentó, antes de poner como ejemplo la tangana protagonizada por los padres de dos menores «en el Séneca-Fernán Núñez de hace tres semanas».

La preocupación también es máxima en el seno de la Federación Cordobesa de Fútbol. Su presidente, Santiago Murillo, condenó los hechos acaecidos en el Salvador Allende-Calahorra CF y pidió para el culpable una sanción «ejemplarizante» que podría ascender «hasta los 30 partidos». Murillo no se atrevió a señalar con certeza al responsable del puñetazo, aunque apuntó que «los directivos» podrían estar detrás de las amenazas, los graves insultos y la agresión denunciada. Su «repulsa», de confirmarse tal extremo, sería «absoluta» hacia un club de formación que «estaría en las manos menos indicadas».

El presidente de la Federación, que aclaró que hoy abrirá el perceptivo expediente el Comité de Competición, avanzó que las primeras conclusiones en materia deportiva se conocerán la próxima semana. El organismo también deberá pronunciarse sobre la implicación del otro expulsado, Francisco José Cerezo, delegado del Calahorra CF. Su versión de los hechos es completamente opuesta a la ofrecida por el árbitro. De hecho, niega cualquier amenaza o insulto.

Guillermo Á., el árbitro agredido, abandonó en la tarde de ayer la Clínica del Deporte luciendo un collarín, según indicó, para aliviar el dolor producido en el cuello por «el tirón del puñetazo». Además, afirmó sentir molestias en la mandíbula y en el oído izquierdo, por el que no oía bien. Pero seguirá pitando por vocación.

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