CARTASAL DIRECTORLa Duquesa de Alba y la Tertulia Taurina «El Castoreño» del Círculo de la Amistad
La Tertulia Taurina «El Castoreño» del Real Círculo de la Amistad de Córdoba manifiesta su pesar por el fallecimiento de la que fue su Madrina de Honor, la señora Duquesa de Alba.
Doña Cayetana se desplazó a Córdoba para compartir una jornada con los socios de la Tertulia, que tuvo lugar el 19 de junio de 2006. En el transcurso de la misma recibió el título de Madrina de Honor de manos del anterior presidente, don Miguel Molina, en acto en el que intervinieron, entre otros, don Rafael Quintela. presidente del Real Círculo de la Amistad, y los matadores de toros José María Montilla y Andrés Luis Dorado.
Doña Mercedes Valverde, directora de los Museos Municipales, trazó una semblanza de la Madrina de Honor, tanto desde el punto de vista taurino como cultural.
La Duquesa de Alba, que había aceptado desde el primer momento ser nuestra madrina de honor, departió amistosamente con los socios sobre sus preferencias taurinas. Manifestó ser partidaria de los toreros de arte, pero calificó a «Manolete» como «un dios del toreo», definiéndolo como «un hombre simpático» a pesar de su fama de seriedad. Mencionó también a «Lagartijo», a «Guerrita» y a «Machaquito» y demostró en todo momento su gran afición.
A partir de su nombramiento, mantuvimos correspondencia con doña Cayetana. Recuerdo nuestras misivas por los acontecimientos venturosos de su vida. Cartas más personales que lo puramente protocolario, que ella agradecía complacida.
La afición a los toros de la duquesa la llevó a visitar la plaza de toros cordobesa, especialmente con motivo de los festivales organizados a beneficio de la Asociación contra el Cáncer.
Y por su parte, nuestro vocal de Relaciones Taurinas, Manuel Vázquez Silva, hijo del maestro Pepe Luis, profesaba verdadero cariño a doña Cayetana, a la que conocía desde niño debido a la amistad de la duquesa con toda la familia del maestro de San Bernardo, de modo especial con su esposa, doña Mercedes Silva.
A toda la familia de doña Cayetana le expresamos nuestro pesar. Con la muerte de doña Cayetana quedan vacíos un asiento de barrera en la Maestranza y también un sillón en la mesa de nuestra Tertulia. Con la muerte de doña Cayetana echaremos en falta este año su felicitación navideña en sobre azul y con el sencillo remite de «Cayetana Alba». Con la muerte de doña Cayetana desaparece una forma única de entender la aristocracia.