Expectativas para el sector cárnico

LAS tendencias en los sacrificios crecen en porcino y se reducen los de caprino, ovino y vacuno. Es llamativo el caso del porcino, ya que el veto ruso ha reducido el mercado exterior de nuestras empresas, a pesar de venir precedido por una crisis bilateral de tipo sanitario-comercial que reorientó nuestras exportaciones.

Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, el número de cabezas de porcino sacrificadas hasta septiembre fue de 31,6 millones, un 3 por ciento más que hace un año. A falta de conocer datos del cuarto trimestre, también han crecido los sacrificios de aves y conejos. En el extremo opuesto se encuentran el ovino, que reduce sus sacrificios en un 6% y el caprino en un 4%.

La relación directa de los mercados ganaderos con el sector de los piensos obliga a dirigir la mirada al mercado de cereales, que se encuentra en un momento dulce con unas producciones excepcionales y unos abundantes volúmenes de existencias. En este contexto se debería aligerar la presión en los precios, lo que derivaría una calma de mercado, que contrarresta con las tensiones y la volatilidad de anteriores campañas. Con esta mayor estabilidad y los previsibles descensos de este input, la ganadería intensiva tiene por delante un periodo más optimista.

En cuanto al consumo, llama la atención las previsiones de la Comisión para el periodo 2014-2024. Se prevé un importante crecimiento de la producción ganadera a nivel europeo, pero una caída del consumo interno hasta los 65 kilos por habitante y año, similar a la de 2012. Este horizonte encontrará su punto de equilibrio a través de las exportaciones a Estados terceros, como consecuencia del aumento del consumo mundial. La excepción será la carne de ave, que verá cómo crece en paralelo el consumo y la producción.