TOCO Y ME VOY

DÍAS COMO HOY

DÍAS COMO HOY (POR PACO MERINO)

NOCHE de invierno. Frío y lluvia. Día 13. Lucas Alcaraz en el banquillo contrario. Un buen puñado de motivos para que los seguidores sintieran un ramalazo de incomodidad. Luego pasó lo que pasó. Poca cosa, futbolísticamente hablando, pero quizá un mundo en la reconstrucción de un equipo que sigue puntuando con asiduidad. Otro empatito al zurrón. Cero goles encajados. Cero goles marcados. La afición es capaz de soportar espectáculos de este calibre porque, al fin y al cabo, todos saben que han venido a Primera para sufrir. Al Córdoba sólo le quedan finales por delante, como bien se han encargado de pregonar algunos de los hombres de más peso en un vestuario revitalizado por los últimos acontecimientos. El principal, la hazaña en San Mamés. Como efectos colaterales, la goleada del Real Madrid al desmadejado Almería. El Córdoba, por fin, salía al escenario con algo que defender. Más allá de la vergüenza torera o del punzante recuerdo de pestilentes récords de ineficacia, el personal blanquiverde recuperó la ilusión por ser alguien en Primera División. Alguien importante. Alguien capaz de hacer planes y cumplirlos. Y se notó. Hubo tensión, compromiso y esfuerzo sincero. Faltó el gol y la faena se quedó a medias.

Esto es lo que hay, señores. Nadie podrá reprocharle al grupo que regateara una milésima de esfuerzo. No hubo fútbol de postureo, ni tipos con la cabeza en otro sitio. Todos estuvieron allí en cuerpo y alma. Por eso los seguidores reaccionaron con comprensión ante otro resultado que decepciona, sí, pero que también alimenta. El punto permite a los blanquiverdes seguir en zona de permanencia y sentir que no son menos que algunos otros que chapotean en la zona baja, donde marcan las diferencias los puntos capturados en partidos «fuera de menú». Como los que el Córdoba sacó en Bilbao o el Levante cazó ante el Valencia. Los blanquiverdes necesitarán mantener el espíritu esforzado y la tenacidad de los últimos partidos, pero es muy probable que eso no les baste. Ya se volvió a comprobar ante el Levante. La colección de episodios de quiero y no puedo tendrá que buscar remedios en el mercado invernal, sea como sea.

DÍAS COMO HOY

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