El Arcángel sigue atragantado
CÓMO pudo fallar Borja García esa ocasión en la prolongación. La pregunta todavía resuena en las cabezas de los cordobesistas. El Córdoba empató (0-0) ante el Levante a pesar de que fue superior y mereció, sobre todo por ocasiones, un premio mayor que un solitario punto. Las tablas le impiden dar continuidad al triunfo en Bilbao. Esta vez no llegó el resultado, pero volvió a demostrar que su nivel ha mejorado. Eso sí, tampoco le dio para ganarle en casa a otro rival directo.
Ahí está ahora el problema. El conjunto blanquiverde tiene atragantado El Arcángel. No gana aquí desde mayo. Y así la permanencia se antoja muy complicada. De momento, el punto le da para seguir fuera de la zona de descenso. Necesitará que Deportivo y Elche empaten el lunes para mantenerse fuera de la zona roja por primera vez al final de una jornada.
Y mereció el Córdoba ganar y asegurarse el sabor de vivir una semana fuera del peligro. Dominó claramente la primera mitad. Más equilibrada fue la segunda, en la que el Levante salió respondón en los primeros 10 minutos. Sin embargo, en el arreón final generó oportunidades suficientes como para llevarse el triunfo. No pudo ser porque Borja, solo en el punto de penalti, lanzó fuera una clamorosa ocasión en la última jugada.
Al menos, la sensación que ahora deja el Córdoba es que va a más. En defensa ató sin problemas al Levante. Juan Carlos apenas tuvo que intervenir una vez al inicio de la segunda mitad. Dejó la portería a cero por cuarta ocasión, segunda consecutiva. Una evolución, porque no encajó y tampoco tuvo errores de bulto como otras tardes. En ataque, tiene las mismas limitaciones que sus iguales en la lucha por la salvación, aunque ayer generó el suficiente peligro, a balón parado y en acciones de juego, como para vencer. Además, fue protagonista y dominó el balón, algo que se ha visto poco por El Arcángel. Le faltó definición.
Continuidad
Djukic fue valiente. Tuvo la sensatez de dejar a Fede Cartabia, la estrella del equipo, en el banquillo para dar continuidad a la alineación que consiguió la primera victoria de la temporada ante el Athletic Club en San Mamés. La baja de Daniel Pinillos en el lateral izquierdo la suplió con la lógica entrada de Crespo. El once fue un premio merecido, justificado y un paso al frente para la continuidad. Además, con Cartabia en el banquillo había un as en la manga para el segundo acto.
El golpe anímico de ese triunfo y también el punto de tranquilidad que supuso saltar al terreno de juego fuera de los puestos de descenso (por la goleada el viernes del Madrid al Almería) se notaron en el rendimiento. Fue un bloque protagonista y sobre todo más pausado en defensa y fresco y certero en sus movimientos ofensivos.
El Córdoba llevó el peso del juego desde el arranque ante un Levante muy agrupado atrás. También añadió el valor de la estrategia al juego. Así llegó el primer acercamiento de peligro. Pantic cabeceó (minuto 11) a las manos de Mariño en inmejorable posición un córner de Abel, lanzador fijo. El Levante respondió también a la salida de un saque de esquina, pero el lanzamiento de Nikos salió desviado.
Ghilas y Borja volvieron a dar un plus al equipo en ataque. Casi siempre se jugó en campo visitante, pero sólo ellos ponían la chispa necesaria en ataque. Y eso que Fidel probó fortuna con un disparo que atajó Mariño muy seguro al filo de la media hora. Borja, con un tiro lejano, e Iñigo López, en un balón suelto tras otro córner, intentaron desequilibrar un partido que se fue en tablas al descanso, pero con la sensación de que los locales habían sido superiores y podían trasladarlo al marcador en cualquier momento.
Todo al final
El Córdoba perdió el control en el inicio de la segunda mitad. El Levante incluso se atrevió a estirarse durante 10 minutos. En esos instantes, tuvo su mejor y casi única oportunidad. Un cabezazo de Ivanschitz que atajó Juan Carlos perfectamente.
El serbio movió el banquillo con la entrada de Fede Cartabia (Fidel) y Ekeng (Luso). Buscó más dar mordiente arriba y recuperar el control con Deivid en el doble pivote. Lo consiguió. Recuperó el dominio. En la segunda mitad, le costó encontrar el área rival. La lluvia, que no paró, comenzaba a acusarse en las piernas por un campo pesado. Al menos, ni se inmutaba atrás. Y eso que Lucas Alcaraz ya había incorporado a Martins como referencia.
En el arreón final, el Córdoba mereció el triunfo. Lo buscó por todos los frentes. Mariño tuvo que intervenir en disparos de Fede Cartabia (80) y Borja (84). También lo intentó Ghilas (87) desviado. Pero, Borja, en el 93, se encontró un balón llovido del cielo tras una falta. Estaba solo en el punto de penalti. Tiró desviado. Una pena.