VIDAS EJEMPLARES

SÚPER RUZ

LUIS VENTOSO

Empresarios corruptos, fichajes del fútbol, la SGAE, Gürtel, yihadistas… ¿No hay nadie más?

PABLO Ruz, excelente juez, tiene 39 años, cuatro hijos y una carga de trabajo tan desproporcionada que demuestra a las claras que la justicia está mal organizada en España. A no ser que se trate de un alienígena dotado de telepoderes, que en principio no parece, no ha nacido humano capaz de resolver en el plazo debido todo lo que ha asumido Ruz.

El magistrado es conocido por la opinión pública por ser ese señor enjuto, serio y de flequillo negro que se encarga del pantanoso caso Gürtel y de las tropelías de Bárcenas. Pero eso es solo la punta del iceberg de los asuntos que se arremolinan sobre la mesa de quien no deja de ser un suplente (su plaza ha salido a concurso y se mira cómo hacer algún cambalache que evite relevarlo). Ruz se ocupa además de la dinámica saga de los Pujoles, donde hay bastante piedra que picar, porque el veterano honorable y su progenie lo daban todo. Hasta la matriarca, ya madurita, se transmutó una buena mañana en emprendedora de éxito y logró convencer con sus servicios a la siempre exigente Generalitat. También es Ruz el que le aprieta las tuercas a Díaz Ferrán, otro gran emprendedor, que pasó sin transición de impartir consejos económicos desde el púlpito de la CEOE a recibirlos de los manguis en chándal una celda de Soto.

Pero lo que hemos citado es solo el aperitivo. ¿Quién se ocupa del desfalco en Pescanova? Pues el juez Ruz. El Barça ha escamoteado en negro parte del fichaje de Neymar. ¿Qué juez tendrá tiempo, conocimiento y disposición? Ruz. ¿La SGAE de Caco y Teddy parece la cueva de Alí Babá? Pues que lo lleve Ruz, que si sabe de fútbol también sabrá de derechos de autor. ¿Recuerdan el montaje piramidal de Fórum Filatélico? A ver si adivinan quién se encarga. ¡Vaya!: Ruz. Comienza el juicio oral del presidente de la cervecera Damm por blanqueo y fraude fiscal. En el juzgado de Ruz, claro. Redada contra una célula yihadista que captaba combatientes en la mezquita de la M-30 de Madrid. Dirige la operación el juez Ruz, que se conoce que para descansar un ratillo de Bárcenas, los Pujoles, la Gürtel, Díaz Ferrán, Pescanova, la SGAE, Neymar y el Fórum Filatélico bajó al bar a apurarse una cañita y un pincho de tortilla y se topó con los salafistas.

Todo lo anterior no es, por supuesto, culpa de Pablo Ruz, un profesional probo y dedicado, sino el fruto del engranaje kafkiano en el que trabaja. ¿Cuál es el resultado? Prisiones preventivas que se eternizan (una forma de indefensión clara, por poco que nos gusten los personajes), estudio a ráfagas de los temas y casos que no acaban de rematarse. Un modelo absurdo, fruto de un diseño erróneo, que no acaba de corregirse y solo fomenta atascos y narcisismo. Es inadmisible que casos relevantes, trascendentes en la vida pública, se acumulen sobre una única persona sin acabar de resolverse. La Gürtel arrancó hace cinco años, Bárcenas va a necesitar diez veces más tiempo que Madoff, la mayor estafa de la historia. ¿No hay más jueces? ¿Es imposible distribuir bien el trabajo, como se hace en todos los órdenes de la vida laboral? ¿Para qué sirven el Poder Judicial y el Ministerio de Justicia si no logran ordenar algo tan básico?

SÚPER RUZ

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación