OPINIÓN

FORMACIÓN

ANTONIO VARO

«Casi nadie tiene ni pajolera idea de los conceptos más elementales de la fe»

Entre las tropelías que cometen los islamistas del Estado Islámico está la «selección» de prisioneros a los que hacen recitar de memoria suras del Corán: si las saben y las recitan salvan la vida, y si no las saben, aunque sean musulmanes, esperarán en el mejor de los casos un tiro en la nuca, o en el peor una decapitación televisada. Aquí, afortunadamente, hace ya unos cuantos siglos que dejamos de ser tan bestias. Si lo fuéramos todavía o hubiera en nuestro tiempo terroristas que, prostituyendo el nombre del Cristianismo, hicieran barrabasadas semejantes, mucho me sospecho que iban a derramar más sangre que sus homólogos del Islam. ¿Se imaginan a unos lunáticos que, de cuarenta o cincuenta prisioneros, quisieran salvar a quienes fueran capaces de recitar el Credo, pongo por caso, o enumerar las bienaventuranzas? Pues dudo mucho que se salvara alguno.

Porque aquí, desde hace muchos años, casi nadie tiene ni pajolera idea de los conceptos más elementales de la fe. Y no hablo de quienes viven fuera de la Iglesia, aunque hayan sido bautizados en su infancia. Hablo, y es lo que me preocupa, de gente que va a misa los domingos, se casa por la Iglesia, acude a San Pancracio cada miércoles, en Semana Santa se pavonea con un capirote, un costal o una corneta y en el mes de junio pone la X del IRPF para la Iglesia. ¿Cuántos de ellos serían capaces de recitar de memoria el Credo, incluso el Padrenuestro? Entre los cambios pedagógicos que han ido arrinconando el uso de la memoria en la enseñanza, y los criterios catequéticos emanados del Vaticano II lo cierto es que hace ya décadas que se abandonó la tarea de enseñar a los jóvenes los conceptos fundamentales de la fe asentándolos en el disco duro de su cerebro por el expeditivo método de aprenderlos de memoria. Hace décadas, insisto, que se instituyó una suerte de lastimosa «catequesis creativa» en la que cada cual hace lo que le da la gana (similar a lo ocurrido en la liturgia), siempre, eso sí, huyendo como del mismo diablo de transmitir como Dios manda sólidos y seguros conceptos doctrinales y morales. Y así no sorprende la escandalosa falta de conocimiento y de instrucción de muchos cristianos, sin duda de buena fe, pero ayunos de formación.

FORMACIÓN

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación