TRIBUNA GONDOMAR
ENERO
Este Córdoba le debe a Alcaraz y Salinas los últimos talentos vendidos por González
CON ocho o nueve bajas y cinco fichajes pretende el Córdoba reconstruir la plantilla en el mercado invernal, como ha informado ABC esta semana, para soñar con la permanencia en Primera. Antes, el equipo está dando los pasos necesarios y que se reclamaban desde todos los estamentos del cordobesismo para mantenerse vivo hasta enero. En Bilbao dio el primer paso. Hoy debe dar el segundo en El Arcángel. Un estadio en el que no gana desde mayo. Así, cualquier objetivo es imposible. Es la siguiente corrección.
En enero, toca la tercera. La victoria ante el Athletic Club en San Mamés es reconstituyente y tiene un valor anímico brutal. Pero, no puede ni debe cambiar lo que ha sido evidente durante 14 jornadas: este plantel tiene unas carencias muy evidentes para conseguir el reto de la continuidad en la élite. Ni siquiera otra victoria frente al Levante, que sacaría al equipo definitivamente del descenso por primera vez al final de una jornada, puede cambiar el rumbo. La reforma es justa y necesaria.
De talento tiene y sabe mucho el técnico visitante de esta noche, Lucas Alcaraz. Durante sus dos años en banquillo y bajo la presidencia de José Miguel Salinas —que le dejó trabajar en la parcela deportiva con plena libertad (qué tiempos) con Javier Zubillaga— supo ver quiénes eran los valores de la cantera, ascenderlos al día a día del primer equipo y hacerles debutar. De su visión para ver donde otros no, González ha vendido a Javi Hervás (Sevilla), Fernández (Zaragoza), Fede Vico (Anderlecht) y Fuentes se marchó al Espanyol. Es la herencia que dejó. El Córdoba hoy también está en Primera por Alcaraz. Gracias, Lucas.