El conocido efecto Alcaraz

JOSÉ M. DOMÍNGUEZ

El estilo del entrenador granadino se deja notar en los granota desde que sustituyó a Mendilíbar en la jornada 9

La afición de El Arcángel puede intuir como pocas qué tipo de partido tendrá que afrontar mañana su equipo. El Córdoba recibe al Levante. Y resulta complicado encontrar un rival en la Liga en el que sea más evidente el sello de su entrenador. No importa que Lucas Alcaraz, antiguo inquilino del banquillo blanquiverde, se hiciese cargo de la nave granota en la novena jornada. Desde entonces, se notan sus efectos.

El Levante cayó en el estreno de Alcaraz (3-0, frente al Celta); pero después sorprendió al encadenar tres jornadas consecutivas sin perder: ganó al Almería (2-1), empató en el campo del Sevilla (1-1) y se impuso al Valencia (2-1). De la noche a la mañana, el Levante se había convertido en un equipo difícil de batir. Sus dos últimos compromisos se saldaron con una derrota (2-1) contra el Espanyol y un empate ante el Getafe (1-1).

Para ganar al Levante, ahora hacen falta buenos partidos. Ya no concede un número obsceno de ocasiones de gol innecesarias. Se ha convertido en un bloque sólido y enchufado. Ésa es la principal virtud de los conjuntos dirigidos por Lucas Alcaraz. Los zagueros azulgranas ofrecen un nivel similar al del resto de conjuntos de la zona baja en lo que respecta a calidad técnica o condiciones físicas. Sin embargo, el sistema defensivo que pone en práctica el entrenador granadino y los principios tácticos que inculca a sus hombres permiten al portero Mariño vivir algo más tranquilo.

Defensa

Todavía llama la atención un dato en la tabla de Primera: ningún equipo ha encajado más goles que el Levante (29). Pero las estadísticas podrían llevar a engaño. Lo cierto es que 10 de esas dianas se las repartió la zaga granota frente a Real Madrid y Barcelona.

Generar peligro al conjunto del Ciutat de Valencia en las últimas jornadas no resulta sencillo. Quizá fue el Getafe el rival que más exigió al engranaje defensivo azulgrana. Equipos con un potencial teóricamente muy superior, como el Valencia o el Sevilla, apenas incordiaron a una línea que podría estar compuesta por Iván López y Karabelas, en los laterales, y David Navarro y Lukas Vyntra, en el centro.

Los cuatro se mantendrán bien arropados y cerca de su portero. Por delante de ellos, destruirán el juego cordobesista dos pivotes, Sissoko y Diop, capaces de abarcar muchísimo terreno aunque centrados en ahogar a los organizadores del rival.

Ataque

Rara vez brillará el fútbol del Levante. Su juego colectivo en ataque es simple, directo y básico. Sin ornamentos. Los contragolpes son su mejor arma. El resto queda en manos de la inspiración de Casadesús (lleva 4 goles), Barral o Martins. Entre los hombres de segunda línea, destacan por su desparpajo los extremos Rubén García o José Luis Morales, otros de los pocos goleadores del equipo. Batir la portería contraria, de momento, es cosa de los delanteros y centrocampistas. En total, han logrado 11 tantos, los mismos que el Córdoba.

Balón parado

Lucas Alcaraz dedica un buen número de horas semanales a ensayar jugadas de estrategia. La pizarra es vital. Ivanschizt suele ser el lanzador en el Levante y en la cabeza del interior austriaco debe haber un repertorio de movimientos considerable. Casadesús o Navarro son dos de los principales objetivos para cualquier balón colgado.

El conocido efecto Alcaraz

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