La Unesco reclama mucha más cooperación para sacar fruto al patrimonio

El informe sobre el Casco cree que el título internacional ha tenido poca relevancia en la calidad de vida

La Unesco reclama mucha más cooperación para sacar fruto al patrimonio VALERIO MERINO

RAFAEL RUIZ

Más cooperación para que el Patrimonio de la Humanidad revierta de una forma mucho más impactante en el día a día de la ciudad de Córdoba. Esa es una de las recomendaciones que se extrae del informe de evaluación de la Unesco sobre el Casco Histórico elevado hace dos décadas a la máxima categoría de protección de la agencia de Naciones Unidas para la educación y la cultura. Lo que asegura el documento —que se realiza en bloque y se evalúa por continentes en las cumbres de Patrimonio Mundial—, realizado al modo de un cuestionario y avanzado ayer por este periódico, es que existe una fuente de financiación asegurada para el mantenimiento de la realidad del bien pero que se puede mejorar todo lo que se realiza de cara a sacarle provecho en términos de generación de actividad económica. La evaluación es buena pero no la óptima. De todas las alternativas, el documento que obra en poder del Centro de Patrimonio Mundial, con sede en París, asegura que se ha producido «algún flujo» de beneficios económicos. En un rango, se trata de un tres sobre cuatro.

La economía no es una de las finalidades de la labor de la agencia pero el asunto no está ajeno a la realidad del patrimonio. Y el problema que se plantea es que debe de existir una mejor comunicación con el mundo de la empresa, en general, con el objetivo de sacar un mejor provecho de las potencialidades que genera. El documento, realizado en colaboración con las autoridades estatales, establece una suerte de reparto en la financiación de las actividades de financiación que tiene como hito principal lo que se recauda por venta de entradas y pagos individuales, que asciende al 38 por ciento del total de la media de los últimos cinco años.

Reparto de fondos

Según ese reparto de aportaciones, no se han recibido fondos de instituciones multilaterales o de donaciones internacionales. La aportación del Gobierno de España asciende a un cinco por ciento del dinero que ha llegado para estos fines. La Administración regional, asegura el cuestionario, llega al 22 por ciento mientras que el Ayuntamiento genera en torno al 17 por ciento del dinero para estas partidas. El informe reseña un 12 por ciento procedente de fundaciones y un seis por ciento de otras cuestiones que no se identifican. No se registran ingresos procedentes de la empresa privada en aspectos como concesiones o permisos de rodaje.

La realidad es la concesión del título de Patrimonio de la Humanidad hace dos décadas —tres, si se tiene en cuenta a la Mezquita— ha tenido un efecto desigual sobre los distintos aspectos que se reseñan. Los redactores del documento de la Unesco destacan, por ejemplo, los efectos en todo lo que ha tenido que ver con la conservación, con el reconocimiento de la ciudad, la educación o el desarrollo de las infraestrcuturas. El informe asegura, sin embargo, que no se ha visto afectada la investigación y el monitoraje de actividades y, en general, aquellas cuestiones que tienen que ver con el buen gobierno de la zona, como la coordinación institucional, la calidad de vida de la población residente o la obtención de recursos. Uno de los parámetros que sí se han visto claramente beneficiados por las dos décadas del manto protector de la Unesco ha sido la seguridad ciudadana.

Otra cuestión que ha sido abordada ha sido el desarrollo de equipamientos e infraestructuras ligadas a la actividad turística, que en estos momentos constituye uno de los motores económicos. Tres son los aspectos que se reseñan como «excelentes» dentro de las posibilidades de generación de riqueza en esta materia. Se considera así al centro de visitantes, a los puntos de información y a los tour guiados por la ciudad, que cuentan con infraestructura de transporte privada propia. Las rutas, los servicios de transporte y el material de información se consideran adecuados. Una cuestión que se plantea es que el sitio no cuenta con un museo propio, un centro cultural. El comentario es que resulta necesario.

La evaluación de los bienes Patrimonio de la Humanidad —la Unesco ha difundido todas las relacionadas con las ciudades españolas— se realiza por ciclos que intentan tomarle el pulso a la realidad de la lista. El último documento que el Estado remitió a la Unesco en esta materia data de 2006 y se corresponde con un periodo que arrancó en el año 2001 y que se fija por continentes.

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